La plantilla del Sevilla prosigue en Osaka su puesta a punto ajena a los movimientos que se suceden vertiginosamente en los despachos del Sánchez-Pizjuán. La jornada se completó con la primera doble sesión de la pretemporada japonesa: una primera, matutina, centrada en el aspecto físico y otra vespertina, dirigida a las cuestiones tácticas que Berizzo pretende inculcar a su equipo.

En un mes escaso, el Sevilla de la temporada 17-18 tendrá su primera y seria piedra de toque. El 15 o el 16 de agosto -dependerá de lo que depare el sorteo del día 4-, el conjunto blanquirrojo afrontará la ida de la eliminatoria de la Liga de Campeones con la imperiosa necesidad de ganar para seguir en la competición continental. La vuelta será el 22 o el 23. Mucho trabajo espera pues a los futbolistas.

"Sabemos que el objetivo fundamental de esta preparación es la eliminatoria a doble partido. Vamos a prepararnos a muerte para poder disfrutar de la Champions, para poder afrontarlos de la mejor forma posible y al 120% físicamente. Sabemos que algo así marca la temporada", dijo Sarabia, quien en su segunda temporada en el club es una de las voces autorizadas del vestuario: "Ahora estoy más cómodo. Cuando llegas esperas que te vayan diciendo algo. Ahora soy yo quien intenta ayudar a los nuevos".

A la adaptación de los nuevos se refirió Sarabia en los medios oficiales del club: "Son buena gente y buenos profesionales. Están trabajando bien y, siempre que hagan eso, el grupo lo agradecerá y les hará un hueco sin duda".

El jugador sevillista es uno de los primeros sorprendidos por la acogida dispensada por los aficionados japoneses en Osaka. Largas colas de hinchas esperaban al término del entrenamiento matinal para tener las firmas autógrafas de Nico Pareja, Daniel Carriço y Ever Banega. "La verdad es que no sabía cómo era la gente aquí con el fútbol, pero está claro que lo viven mucho, que ven mucho fútbol y que nos conocen también".