Nuevo sinsabor para el Sevilla Atlético, otro más en una temporada cada vez más complicada de enderezar para el filial nervionense. Esta vez bastó con una pérdida en el centro del campo para que Manu del Moral, un ex de la primera plantilla, se encargara de hundir aún más si cabe al cuadro que entrena Luis García Tevenet. Después llegarían la expulsión de Konyk y la sentencia por parte de Marc Mateu, pero entonces ya todo estaba visto para sentencia.

Es la consecuencia de un equipo, éste que adiestra Tevenet, sin el más mínimo peligro arriba. El Sevilla Atlético repite una y otra vez la misma historia con independencia del rival que tenga enfrente. Parte cargado de buenas intenciones, pero jamás contabiliza ocasiones claras que puedan inquietar al adversario. Es la consecuencia, lógicamente, de la carencia de delanteros en la plantilla.

Esta vez, sin embargo, volvía al equipo titular uno de los dos del elenco de jugadores de Tevenet, a los que se ha sumado últimamente Miguel Martín para entrar a veces desde el banquillo. Carlos Fernández sí pudo ser de la partida en la visita al Numancia en la gélida noche soriana, pero hasta en eso no acompaña la buena suerte al cuadro rojiblanco.

Porque Carlos Fernández apenas duró 22 minutos sobre el césped para ser cambiado por Curro tres después. Curiosamente, fue en una de las pocas llegadas del Sevilla Atlético hasta Aitor Fernández cuando se lesionó el centro delantero al intentar un remate que parecía franco. Pero Gutiérrez llegó pasado de fuerza para intentar impedirlo y le pisó el tobillo al delantero centro visitante. ¿Pudo ser penalti? El pisotón fue tan flagrante que acabó con el espigado delantero sevillista en camilla hacia los vestuarios. Así que cualquiera puede sacar sus propias conclusiones al respecto, pero el respeto al filial es mínimo.

La consecuencia de todo fue que el Sevilla Atlético, como tantos y tantos días en los que no han estado ni Marc Gual ni Carlos Fernández, se volvía a quedar sin delanteros y lo fiaba todo a la movilidad de Pozo, Lara y Curro, pero los cuerpos de éstos, en Segunda, son una invitación a los adversarios a golpearlos e intimidarlos.

El partido entró en una fase monocorde, con numerosos fallos por parte y parte, hasta que en la recta final del primer periodo surgieron algunas oportunidades a balón parado. Pudo marcar primero Manu del Moral en uno de los escasos errores de Caro, pero el guardameta, que volvía a la titularidad, fue capaz de sobreponerse para evitarlo. Ya en la prolongación una gran jugada de Curro, con caño dentro del área a Etxeberria incluido, no halló rematador y en el córner posterior Berrocal rozó el 0-1.

Pero todo siguió igual hasta la pérdida de Yan Eteki ante Diamanka. Ese error bastó para que Manu del Moral castigara a un filial que pagó, una vez más, jugar casi todo el partido sin delanteros. Así es imposible.