atlético | sevilla

El barro se vuelve piedra

  • El equipo de Berizzo se topa con el primer obstáculo duro en la Liga desde la posición privilegiada que ocupa

  • La fiereza de los de Simeone, escollo para seguir siendo segundo

Hasta ahora puede decirse que han sido canapés fríos, de los que se sirven al paso, aunque alguno con su miga. Ahora toca sentarse a comer de verdad, digerir el entrecot y hacer lo posible para que la digestión sea plácida. El Sevilla de Eduardo Berizzo, desde la atalaya de una excepcional posición clasificatoria, tiene esta mañana el primer toro bravo de la competición liguera, la primera prueba de verdad de la temporada o más bien la segunda si se contabiliza la visita en Champions al estadio del Liverpool, el mítico Anfield del que después de sufrir salió vivo y hasta asustando.

Ahora se trata de comparecer en un escenario que no tiene -está claro- la historia de la casa de los reds, sino que apenas ha inaugurado la memoria con que un club como el Atlético que persigue y sueña con la Champions quiere impregnar sus muros. Y aquí llega el Sevilla, a un Wanda Metropolitano que aún huele a pintura y a madera recién serrada, con la idea de pasar a la historia y convertirse en el primer equipo que se lleva la victoria, el primero en inaugurar la sala de los disgustos de la peculiar y guerrera afición colchonera, esa hinchada que en los últimos años no ha hecho migas precisamente con la sevillista. El estadio que ha seducido y en el que jugará Vitolo, justificando con un puñado de millones encima una traición que mientras las cosas vayan bien por Nervión como van hasta ahora irá doliendo cada vez menos. El paso del canario por el Sánchez-Pizjuán hace sólo tres días se saldó mejor de lo que se esperaba. Primero, y por encima de todas las cosas, por el triunfo que hizo posible esa extraña parábola que describió un centro a lo Goikoetxea de Jesús Navas. Y segundo porque los insultos, si los hubo, no fueron muy evidentes y si hay sanción ejemplar será, como siempre ocurre con el Sevilla, por cogérsela con papel de fumar.

Pero lo que pasa es que el Atlético de Simeone va a ser un muro de hormigón para la tropa de Berizzo, dispuesta a prolongar el dulce arranque liguero que hasta ahora lleva firmado y para la que en parte algo habrá tenido que ver la gestión de la plantilla que el entrenador argentino anda realizando y que -paradoja de la tiranía del resultado- el día del Espanyol era poco menos que una herejía. Un rival como el Atlético requiere tener frescos a los mejores guerreros y ahí, por las rotaciones del técnico cordobés, se puede intuir que la primera visita del Sevilla al Wanda será con gente como Banega, Sarabia, Mercado, N'Zonzi, puede que Franco Vázquez en lugar de Ganso por aquello de que la cita se moverá en un ritmo alto más lejos del alcance de las genialidades del brasileño, por supuesto los guantes de Sergio Rico y quién sabe si con Muriel en vez de con Ben Yedder por la potencia al espacio del colombiano, características que casan más con el camino futbolístico que el empuje de los de Simeone puede invocar.

De todas formas, también puede ser que Berizzo busque romper con la arrancada del cafetero un partido que pueda ir madurando para decidirlo en la segunda mitad, cuando las piernas de los defensas atléticos estén más pesadas. Ben Yedder además puede ser una pieza que ayude más en el trabajo sucio aunque siempre con la caña preparada y las estadísticas dicen que el Sevilla es el equipo que más se embolsa los puntos en los tramos finales de los partidos.

Es verdad que para llegar ahí el Sevilla tendrá que sufrir, que el Atlético va a proponer un partido intenso y que la cita requerirá apretar los puños y los dientes y andar listo cuando llegue esa fase que aparece en todos los partidos en las que las fuerzas se igualen o se desequilibren hacia otra dirección distinta a lo trazado desde el inicio.

Berizzo ha recuperado a Pizarro para que el entramado defensivo se parezca algo a lo planteado en Liverpool, aunque precisamente fue cuando el argentino se lesionó y el Sevilla buscó tener el balón más arriba cuando llegó la mejoría, cuando el sistema defensivo dejó de sufrir y se hizo evidente el paso adelante. En esta ocasión, el técnico tendrá que recomponer de nuevo la defensa, pues fundamentalmente la baja Escudero se convierte en un contratiempo que el francés Carole cubrirá, una prueba de fuego cuando apenas ha tenido tiempo de hacer rodaje ante el Girona.

Es un duelo bonito, un clásico de la Liga, una batalla de dos iguales, de rivalidad histórica, de filosofías de juego... y de entrenadores argentinos, aunque cada uno con un marcado estilo diferenciador. Italiano y puramente pampero el del Cholo; chileno y bielsista el del Toto. Pero, sobre todo, una prueba de que el camino se empieza a empedrar para los sevillistas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios