Sevilla Atlético-Levante

El paracaídas se abre (1-1)

  • El Sevilla Atlético maniata al Levante, líder de la clasificación, aunque la falta de puntería en los últimos metros impide culminar la remontada.

Ivi recorta tras amagar un centro.

Ivi recorta tras amagar un centro. / Juan Carlos Muñoz

Pese a no sumar los tres puntos, el empate que el Sevilla Atlético consiguió frente al Levante en el Sánchez-Pizjuán sirve para recuperar las buenas sensaciones. Los siete partidos que el filial nervionense acumula de forma consecutiva sin conocer la victoria quedan, en cierta forma, en un segundo plano al ver que el conjunto de Diego Martínez consiguió maniatar al Levante, el líder de la categoría y al que pocos equipos han sido capaces de toserle, aunque queda ese regusto amargo porque la remontada quedó a medio camino.

La caída libre en la que parecía sumida el equipo, con siete jornadas ya consecutivas sin sumar el triunfo, ligeramente se detuvo. El paracaídas se abrió, al menos, a tenor de las sensaciones desprendidas por el equipo, que firmó el mejor encuentro de esta racha de choques sin ganar.

Pudo ser mejor, sin duda, si los atacantes hubieran estado más acertados en los últimos metros. La puntería, o falta de ella, lastró al equipo, todo lo contrario que el Levante, que vio cómo apenas inquietó a Caro y que vio puerta prácticamente en el único tiro que firmó el cuadro azulgrana en la primera mitad. Roger, máximo goleador de la categoría con 17 dianas, empatado con Joselu, sorprendió al guardameta sevillista con un fuerte disparo desde la frontal que se coló pegado al palo para adelantar a los visitantes. Cuatro jornadas consecutivas en las que el ex jugador del Valladolid consigue celebrar un tanto, lo que habla de su buen estado de forma.

Vivió la cara y la cruz del delantero valenciano del Levante. Autor del único gol de su equipo, el delantero fue clave también en el desarrollo del partido, puesto que tras su expulsión, que llegó a falta de poco más de 20 minutos para el final, cambió el signo final.

Tras el gol visitante, que llegó precedido por una buena maniobra del ex sevillista Campaña, otro de los líderes del vestuario granota, llegaron unos buenos minutos del Sevilla Atlético. El equipo de Diego Martínez no perdió la cara al partido; controló la pelota, tuvo el dominio del balón, aunque fue incapaz de generar peligro más allá de tres cuartos de campo.

La ausencia de Borja Lasso, una vez más, se notó. Nadie en el equipo era capaz de sacarse de la manga ese pase que pudiera romper líneas y la mayoría del peligro local llegaba con conducciones o a balón parado.

El rival tampoco exigía demasiado. Conformista, aparentemente, con el triunfo por la mínima, prefería esperar resguardado atrás. El Levante apenas proponía nada y dejaba todo el protagonismo al Sevilla Atlético, que se mostraba satisfecho con este control, aunque se vio incapaz de convertir esa posesión en peligro, más allá de algún disparo de Fede San Emeterio o de Ivi, a balón parado.

La segunda mitad comenzó con un Levante algo más atrevido en ataque. El cuadro de Juan Ramón López Muñiz avisó de que podría hacer daño en cualquier momento, y que los sevillistas deberían estar atentos. Lorna fue el autor de ese disparo, que se marchó ligeramente alejado de la portería defendida por Caro.

Dio entonces un paso adelante el Sevilla Atlético. Con más ganas y garra que argumentos, el conjunto franjirrojo se volcó en ataque a buscar el empate. Unas tablas que Raúl Fernández, portero levantinista, acertó a retrasar con varias intervenciones de mérito ante los atacantes sevillistas.

Sin embargo, y a falta de poco más de 20 minutos, la expulsión de Roger abrió el partido. El Levante, con 10 sobre el césped del Sánchez-Pizjuán, se encerró más y el filial sevillista buscó con más ahínco el tanto del empate. Aburjania, con un disparo desde fuera del área, dio buena muestra de las intenciones de los sevillistas, que vieron recompensado su buen partido con el merecido empate. Tras un córner, y varios rebotes, Fede San Emeterio caza una pelota lanzada por Marc Gual al corazón del área, y la empuja hasta las mallas para lograr el empate.

Con las tablas, Diego Martínez pedía desde la banda calma y cabeza a los suyos. No quería que el sudor derramado para lograr el empate fuera en vano por un posible fallo que pudiera costar el segundo tanto levantinista y pedía a los suyos que mantuvieran la calma en los últimos diez minutos para buscar el tanto del triunfo.

Curro lo intentó de falta, Ivi con un lanzamiento fuerte, aunque ninguno consiguió batir de nuevo a Raúl Fernández, que evitó que el líder se marchara de vacío.

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