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Una realidad muy real

  • El Sevilla necesita ser zarandeado y hacer un paréntesis en su bonito sueño Champions para enderezar su rumbo en la Liga

  • Para empezar, debe ganar en Vigo y recuperar la sexta plaza

Sandro, Carriço y Kjaer avanzan por el aeropuerto camino de la puerta de embarque destino Vigo.

Sandro, Carriço y Kjaer avanzan por el aeropuerto camino de la puerta de embarque destino Vigo. / fotos: víctor rodríguez

El sueño de la Champions aún no ha acabado, es cierto, pero el Sevilla necesita despertar con urgencia, que lo zarandeen incluso, porque se está jugando mucho en la Liga y no está precisamente en las mejores condiciones.

Un día antes de comenzar con ese sueño ante el Bayern Múnich que aún -pese al resultado de la ida- el equipo de Montella no quiere dejar escapar los nervionenses se veían superados en la tabla clasificatoria de la Liga por un nuevo enemigo en la lucha por estar la temporada que viene en Europa. El Sevilla comienza en séptima posición la jornada que se inició ayer en Riazor en los fondos de la tabla con el Deportivo-Málaga y, por si fuera poco en algo que por estas latitudes se tiene en cuenta mucho, el que le arrebató la sexta plaza fue el eterno rival, un Betis que tiene los mismos puntos que el Sevilla pero mejor goal average general. Un Betis que, con aquel 3-5 de la primera vuelta, estigmatizó a un recién llegado Montella, aunque seguidamente diera su primer campanazo en los torneos de doble partido ganando en el Wanda Metropolitano, el mismo escenario en el que tiene otro sueño por vivir el día 21 ante el Barcelona.

Pero el Sevilla necesita despertar entre tantas ilusiones, hacer un paréntesis y centrarse en la realidad, que dice que o reacciona en la Liga o puede verse fuera de Europa la próxima temporada después de cinco ediciones consecutivas entre Europa League, con tres títulos llegados a las vitrinas, y participaciones en la Champions.

La respuesta ante el Barcelona fue extraordinaria, y eso fue en la Liga pese a que suene a otro nivel, pero después de todo se quedó en sólo un punto sumado, un rédito insuficiente para lo que el Sevilla necesita en un mes de abril con tanta carga sentimental como complicado y traicionero.

Es cierto que hay frentes abiertos de hermoso y gran calado y que pocos equipos en el mundo pueden decir que están compitiendo en tres torneos a estas alturas del calendario, pero también está bien dar fuerte con los dos pies en el suelo, sentir el poder de la tierra en los pies y tener los conceptos muy claros.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía. FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

El Sevilla viaja a Vigo en un mal momento, o bueno, nunca se sabe. Entre los dos partidos de una apasionante eliminatoria de cuartos de Champions ante el Bayern Múnich que ha quedado algo atemperada por el 1-2 de la ida, pero que sigue siendo una ocasión histórica y en la que por supuesto los de Montella no se van a rendir.

Pero la exigencia no entiende de pasiones añadidas y, la verdad, no da tregua a un grupo que la gestión de Montella ha reducido casi a la mínima expresión pese a que la confección de la plantilla ha ocasionado el mayor gasto de la historia de esta entidad. El Celta, un equipo que busca lo mismo que el Sevilla y que tiene además a un delantero en sus filas que puede considerarse el español más en forma, espera con la inteción de bajar de la nube a los sevillistas, queriendo vengar de alguna manera lo que consideran una jugarreta a su anterior técnico, Eduardo Berizzo, y con Iago Aspas queriendo también desempolvar historias del pasado, aunque ya no esté Unai Emery. Lo que sí es cierto es que con la mitad de efectividad del de Moaña en los delanteros del Sevilla, los blancos no estarían en la situación semiagónica en que se encuentran en la competición liguera.

Es de esperar, o no, porque ya con Montella no se sabe, que mueva al equipo en pos de alguna frescura si quiere mantener vivo el sueño de eliminar al Bayern, ha dicho que Sergio Rico seguirá en la nevera y lo lógico es que con la vuelta de Banega las sensaciones sean de nuevo positivas. La realidad es lo que demanda.

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