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Sistema financiero

De la caja única a Unicaja

La gran recesión ha provocado una profunda transformación del sistema financiero de cajas de ahorro de Andalucía. Tras dos décadas de crecimiento en créditos y depósitos, y de expansión en la red de oficinas, con un progresivo aumento de su cuota de mercado a costa de los bancos, en los últimos cinco años se ha destruido gran parte de lo conseguido. Las cajas han muerto de falso éxito, por su excesivo crecimiento y asunción de riesgos, por su creciente dependencia de la financiación exterior, por su monocultivo inmobiliario, por la falta de prudencia y sobre todo por el exceso de politización.

Al inicio de la crisis, diciembre de 2008, en Andalucía todavía quedaban 5 cajas (Unicaja, Cajasol, Cajasur, Caja Granada y Caja de Jaén). Su balance total alcanzaba la cifra de 98.372  millones de euros, con una cartera de créditos de 72.474 y de depósitos de 74.079 millones de euros. De tal manera, que su balance era aproximadamente el 7,7% del total de las cajas españolas. La anárquica reestructuración y diáspora del sistema de cajas de Andalucía ha determinado que en el año 2012 solo quede una caja con sede en Andalucía: Unicaja-Banco.  Su balance a agosto de 2012 era de 39.865 millones de euros, el 3,4% del total de todas las cajas españolas.

Si la fusión de Unicaja con Caja Duero-España se consumara, el balance de la entidad resultante sería de 81.091 millones de euros, a agosto de 2012. Es decir, un 6,87% del total de las cajas españolas, por debajo del 7,7% que alcanzaron las cajas andaluzas en el año 2008.

La fusión por absorción de Caja Duero-España con Unicaja se ha complicado con nuevas dificultades derivadas de las condiciones exigidas por el Memorándum de Entendimiento. La existencia de 1.400 millones de participaciones preferentes de clientes de Caja Duero con derecho a convertirse parcialmente en capital y la valoración negativa hecha por el FROB con respecto a Caja Duero por valor de -288 millones de euros han dificultado que la fusión se consume. El tiempo se acaba y el FROB se ve obligado a proceder a la capitalización de Caja Duero-España (CEISS) y al traspaso de sus activos dañados al SAREB. Unicaja está obligada a preservar su solvencia y viabilidad y a que no se vea dañada por un último y apresurado acuerdo.

La alternativa que tiene el FROB es subastar CEISS, una vez que esté capitalizada y saneada. En esta subasta Unicaja volvería a tener su última oportunidad, aunque tendría que competir con otras entidades financieras. Su ventaja es que nadie conoce mejor que ella la situación de los balances y el valor de los activos de Caja Duero-España, tras un año de gestión y evaluación de la entidad. De cualquiera de las maneras, lo importante es que Unicaja pueda continuar en el futuro con la seguridad, solvencia y prudencia que le ha caracterizado en las últimas décadas, dando servicio a los andaluces.

Mientras tanto, las cajas rurales de Andalucía, hoy por hoy sin problemas de solvencia, en silencio y con discreción siguen trabajando en su restructuración y concentración bajo la vigilancia del Banco de España. Cuidémoslas, porque Unicaja y las cajas rurales es todo lo que nos va a quedar del hasta ahora llamado Sistema Financiero de Andalucía.

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