Vientos huracanados, con rachas de hasta 128 kilómetros por hora, alimentaron ayer las llamas de los incendios que consumen amplias áreas del sureste de California y hacen casi inútiles las labores antiincendios en los alrededores de ciudades como Ventura, Santa Paula y Los Ángeles. Con unas 200.000 personas evacuadas, se ha declarado la alerta morada. En la imagen, una pareja contempla los restos de su casa en Ventura.
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