Treinta personas han muerto en accidentes de tráfico durante la Semana Santa, desde que comenzó el dispositivo especial el viernes 23 de marzo hasta su finalización a medianoche del lunes, la tercera cifra más baja desde 1960, aunque supone tres fallecidos más que en el mismo periodo de 2017.

Según la Dirección General de Tráfico (DGT), aumentó la siniestralidad a pesar de que en esta Semana Santa se produjeron 700.000 desplazamientos menos que en la del año anterior, sobre todo por el mal tiempo.

En total, hubo 28 accidentes mortales, de acuerdo con el balance provisional de Tráfico, que muestra que Andalucía (con ocho fallecidos) y Castilla y León (con seis) son las regiones con más víctimas mortales en las carreteras.

Asturias, Canarias, Cantabria, Murcia, Navarra, La Rioja y País Vasco no han registrado accidentes mortales, pero cinco comunidades -Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Extremadura y Galicia- han sufrido aumentos respecto al año anterior.

Como suele ocurrir, la mayor parte de las muertes (un total de 22) se ha producido en vías convencionales, frente a las ocho registradas en autovías o autopistas.