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Sociedad

Un fotógrafo español, entre los periodistas secuestrados en Somalia

  • Además han sido secuestrados otro fotógrafo occidental que se cree que es británico y dos informadores somalís.

El fotógrafo español José Cendón, junto con otro colega occidental que se cree que es británico y dos informadores somalís fueron secuestrados hoy en Bosasso, en el norte de Somalia, por una banda armada que se los llevó con destino desconocido.

Cendón tiene su base en Adis Abeba, es uno de los secuestrados según el conductor del vehículo en el que viajaba cuando fue capturado, Liban Said Omar.

En declaraciones a Efe por teléfono desde Bossaso, la capital de la provincia nororiental de Puntlandia, donde sucedieron los hechos, Omar no pudo precisar la identidad del otro periodista occidental secuestrado, aunque apuntó que supone que es un británico.

Gallego, de 33 años, Cendón, que ganó el año pasado el premio World Press Photo y obtuvo una mención en el Leica Oskar Barnack, trabaja para AFP desde el año 2004 y en la actualidad tiene su base en Adis Abeba, desde donde cubre en especial el conflicto de Somalía.

Entre 2002 y 2004, según World Press Photo, trabajó para diversos medios, sobre todo la agencia española Cover, en Colombia, Venezuela, Israel y los Territorios Palestinos, antes de ir a Darfur, la conflictiva zona del oeste de Sudán y también al área de los Grandes Lagos Africanos.

Además de los dos periodistas occidentales secuestrados, otros dos somalís, residentes en Bosasso, que trabajaban para los primeros como traductores y facilitadores informativos, están también en poder de los secuestradores y no se han facilitado sus identidades.

Los dos periodistas occidentales, según Omar, llevaban siete días en el hotel International Village de Bosaso para cubrir la información sobre los piratas somalís, que tienen sus refugios en la provincia nororiental de Puntlandia.

El secuestro se produjo cuando se disponían a trasladarse al aeropuerto de Bossaso para abandonar la zona.

En principio, la Policía y el Gobierno de Puntlandia dijeron a Efe que se trataba de un español y un británico, y luego de un francés y un español, pero posteriormente un portavoz de la Presidencia dijo que eran un británico y un irlandés, lo que creó dudas sobre su identidad y la del segundo extranjero aún no se ha aclarado.

Otros dos periodistas extranjeros siguen desaparecidos en Somalia desde que fueron secuestrados en agosto pasado, junto con un camarógrafo somalí que se encontraba con ellos, y supuestamente trasladados a un escondite en el sur del país por una banda armada.

Los secuestrados son la canadiense Amanda Lindhout y el fotógrafo australiano Nigel Brenna, que fueron capturados cuando visitaban unos campos de desplazados en las afueras de Mogadiscio junto con el camarógrafo local Abdifatah Mohamed Elmi, que también hacía de traductor.

Los periodistas y empleados de organizaciones humanitarias extranjeros han sido el objetivo de bandas armadas en Somalia, sobre todo en Bosasso, que han secuestrado a algunos de ellos para cobrar rescates.

En diciembre de 2007, una banda somalí secuestró a la médico española Mercedes García y a la enfermera argentina Pilar Bauza, que fueron puestas en libertad en enero de este año tras pagar un rescate de 200.000 dólares, según medios locales.

Las trabajadoras humanitarias fueron secuestradas semanas después de que la misma banda dejara en libertad al camarógrafo francés Gwenlaouen Le Gouil, capturado cuando filmaba el tráfico de emigrantes indocumentados en la región de Puntlandia.

Puntlandia, región que declaró su autonomía de Somalía, país que no tiene un Gobierno firme desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Said Barre, se encuentra en la costa del golfo de Adén, que da acceso al estrecho de Bab el Mandeb, al mar Rojo y al canal de Suez, por donde pasa una buena parte del tráfico marítimo mundial.

El caos político en que está sumido el país, con un Gobierno Federal de Transición fracasado y con gran parte de su territorio bajo el control de milicias islámicas y algunos señores de la guerra, ha hecho que proliferen las bandas de delincuentes armados y, en Puntlandia, los piratas, que amenazan a la navegación.

En este año, los piratas somalís han secuestrado decenas de barcos y obtenidos decenas de millones de dólares en rescates, con operaciones cada vez más atrevidas y alejadas de sus puertos base, lo que ha causado temor en las compañías armadoras, algunas de las cuales han cambiado sus rutas.

Los piratas, que utilizan embarcaciones rápidas, armas modernas y equipos muy avanzados de comunicación y navegación, amenazan las costas del golfo de Adén y el océano Índico y han hecho que algunas navieras dejen de utilizar el canal de Suez y viajen de Asia a Europa o el norte de África por el cabo de Buena Esperanza.

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