En noviembre de 2005 comenzó a funcionar en abierto la franja digital terrestre, cuando el apagón del espectro analógico se preveía cerrar en 2012. No todos los operadores confiaban en el futuro y la propia administración observaba que el cambio en todos los hogares españoles iba a requerir unos esfuerzos titánicos. Como sucedió, por ejemplo, con el euro el ciudadano no está viviendo de forma traumática esta renovación total. En septiembre de 2007 iniciaba su tarea la Oficina de Transición a la TDT, dependiente del Ministerio de Industria. José Antonio Quintela, su director, no contempla problemas técnicos o de infraestructuras para culminar el proceso, cuya fase definitiva arranca el 10 de marzo. En la provincia de Huelva y en demarcaciones de Córdoba, Málaga, Granada, Almería y Cádiz el encendido se ha efectuado sin contratiempos. El apagón efectuado en España se sigue con interés en países de tradición tecnológica como Estados Unidos o Francia.

-Usted insiste en que el 3 de abril se apagarán los últimos emisores analógicos ¿está absolutamente seguro?

-Sí. El 3 de abril se producirá el apagón analógico y con él no se acaba nada, sólo la vieja televisión. Con la colaboración de las administraciones autonómicas y la implicación de los usuarios se llega a tiempo, aunque al principio pocos confiaban en que fuera así. Cabíamos en un taxi, porque el apagón era un proyecto endiablado y complejo por las condiciones geográficas. Quedan en torno al 10% de los ciudadanos que deben preparar su antena y reforzaremos en estos días la campaña de divulgación.

-Hasta que algunos no ven el rótulo en su televisor no se toman la TDT en serio.

-Sí, lo comprobamos en los primeros proyectos, por eso es fundamental haber efectuado con previsión el cambio en la antena o la compra del descodificador. Ya hemos finalizado 46 proyectos de transición de los 90 totales y 12 millones de españoles ya sólo sintonizan la TDT en un cambio que se ha efectuado con total normalidad y con incidencias muy puntuales. La nota media que pone el ciudadano al servicio de la TDT es un 6,8.

-Ahora restan las grandes concentraciones de población ¿no es mucho más complicado el proceso en esta cuenta atrás?

-Zaragoza y su entorno ha sido la primera gran concentración piloto y no han existido incidencias más importantes que en demarcaciones menos pobladas.

-¿Cuál es la inversión pública que ha requerido el encendido digital?

-La inversión en centros emisores de los Presupuestos ha sido de 120 millones, a lo que hay que añadir los 260 millones del Plan Avanza destinados a las comunidades autónomas que cada territorio distribuyó, según su criterio, entre la TDT y la ampliación de banda ancha.

-Ahora mismo la TDT ofrece más canales y emisoras de radio ¿pero qué servicios interactivos podría ir ofreciendo a partir del apagón?

-TVE dispondrá de dos multiplex, dos paquetes de canales, y cada operador privado, uno completo. De esta forma se podrá poner en marcha la alta definición, que requiere el ancho de dos canales convencionales. La TDT permite sintonizar además cadenas de radio que hasta ahora no llegaban a muchos hogares por las ondas. Para la implantación de servicios interactivos sólo es cuestión de tiempo, como la teleasistencia para los mayores. Se necesitan otros descodificadores, ahora más caros, pero sucederá como con los móviles, se irá renovando el aparato según las necesidades de cada usuario.

-Pese a que van a ampliar en estos días la campaña de comunicación, a pie de calle, puede darse el caso de personas que les sorprenda el apagón sin saberlo.

-Precisamente estamos instando a los ciudadanos que den aviso de esas personas aisladas que pudieran desconocer la nueva situación. También hemos suministrado a las comunidades autónomas descodificadores para familias sin recursos.

-¿Qué han visto franceses y norteamericanos para interesarse por el encendido digital español?

-Somos el primer país de envergadura, con una importante cobertura terrestre, que va a culminar el apagón. Eso se traduce en que empresas españolas de equipamiento de TDT están trabajando en Estados Unidos o Finlandia. El apagón tiene también su rentabilidad industrial y se han beneficiado muchos sectores en la modernización de un elemento clave en los hogares. Francia, Estados Unidos o el Reino Unido están aprendiendo de la experiencia española.