Es actriz de cine, teatro y televisión, guionista, productora y tiene su propia compañía de teatro. Solo una mujer que siente pasión por la profesión sería capaz de combinar todo eso y Montse Alcoverro es un gran ejemplo de ello. Cuando habla de su trabajo lo hace con la ilusión del primer día y con la profesionalidad que le ha otorgado la experiencia. La misma ilusión y profesionalidad que demuestra cada tarde en serie de La 1 Acacias 38 en la que interpreta a la malvada institutriz doña Úrsula, para Montse uno de los papeles que marcarán para siempre su carrera.

-Casi un año ya en Acacias 38…

-Pues sí, que me propusieran trabajar en Acacias 38 fue un regalo divino. Me incorporé con la serie ya empezada, algo difícil cuando ya hay un equipo que trabaja diariamente durante muchas horas. Pero fue un gran placer encontrarme con un equipo como el de la serie. Son gente que te integra que te ayuda a entrar en la dinámica

-¿Qué pensó cuándo leyó el primer guión de doña Úrsula?

-Pensé que el personaje de doña Úrsula era también un regalo. Sin duda quedará como uno de los grandes personajes de mi carrera

-¿Con qué se queda de doña Úrsula, cómo se prepara el personaje?

-De Úrsula me quedaría con muy pocas cosas como persona. Pero para mí como actriz es un gran trabajo. Para prepararme el papel tuvo que hacer y sigo haciendo día a día un trabajo de creación con los guionistas y el director. El teatro y el cine me han ayudado mucho y me inspiro en la película Rebeca, en Bette Davis en la película La loba y sobre todo en Bernarda Alba, ya que doña Úrsula es un personaje muy lorquiano.

-¿Cómo lleva rodar una serie diaria?

-El rodaje de la serie es muy intenso. Llegas al plató, vas al camerino que te corresponda ese día y de ahí a maquillaje y peluquería. Los días más largos comienzan a eso de las seis y media de la mañana y rodamos hasta las siete de la tarde. Pero pese a ser una rutina intensa todo el equipo lo hace muy fácil. .

-La serie está ambientada en 1899, un contexto histórico diferente al actual, esto requerirá aún más trabajo…

-Trabajar la época es un trabajo extra que me encanta. Cada vez que trabajas tanto la actualidad como una época distinta hay que informarse muy bien porque no solo cambia el vestuario y la peluquería. Solo hay que ver cómo doña Úrsula gesticula, coloca la voz o respira mientras habla para darse cuenta de que todo cambia.

-Acacias 38 y Seis hermanas son de las pocas alegrías de TVE en cuanto a audiencia se refiere, sobre todo en la franja horaria de la tarde…

-Antes de Acacias 38 TVE tenía poca audiencia en esa franja horaria y nosotros muchos días sobrepasamos el 10% y estoy segura de que con las tramas maravillosas en las que estamos trabajando seguirá subiendo. Tanto para mí como para el equipo es un orgullo conseguir esto.

-Ha trabajado en televisión, cine, teatro, habla cinco idiomas, conoce la situación de la cultura en otros países… ¿qué opina de la ficción en la televisión española?

-La televisión está como toda la cultura de este país. Le pasa como al teatro, el cine, la danza… No tiene los presupuestos que tiene que tener y a nivel político no está contemplada como tendría que estarlo. Estamos haciendo mucha cultura de calidad con medidas muy precarias. Yo pondría en el mismo pack educación sanidad y cultura.

-Con el rodaje de una serie diaria, ¿cómo compagina la televisión, el teatro, tener su propia compañía…?

-Decidí ser actriz desde muy joven. Para mí es una manera de entender la vida. Recuerdo que un profesor que tuve, argentino, nos preguntó un día ¿qué ofrecéis vosotros al teatro? Y esa pregunta me marcó mucho. El teatro a ti te puede ofrecer mucho pero tienes que ser tú quien ofrezca al teatro. Y yo he ofrecido mi manera de entender la vida.

-¿Qué técnicas utiliza para desconectar del trabajo?

--Tengo un tipo de trabajo en la que la herramienta son las emociones. Cada frase, cada texto es un desgaste de emociones importante. Me conecta mucho con la vida la jardinería, coser, leer, la cocina que me viene de mi madre… De hecho me encanta poder cocinar para mi pareja, mi familia, mis amigos, la rutina de poner la mesa, recogerla, ir al mercado al que llevo yendo toda mi vida. Mira, ahí si puedo sacar un parecido con doña Úrsula, que tanto ella como yo somos muy leales.