Sobre los 2 millones de andaluces de media estarán esta noche ante La Sexta (y unos 3,5 millones la verán en algún momento) para seguir el Real Madrid-Barcelona, un acontecimiento liguero que se convierte en fenómeno internacional. Los cuatro 'clásicos' que se sucedieron en la primavera fueron una auténtica miniserie que arrojaron el récord de la pasada temporada, por encima de los 14 millones de seguidores en el partido de vuelta de Champions, sólo un poco por debajo de lo que anotó la prórroga del Mundial de Sudáfrica, el máximo histórico en toda España. La prórroga de la final de Copa, el Miércoles Santo, es récord histórico de audiencia en Andalucía con 2,4 millones.

Sin un título que jugarse directamente, el partido de liga anotará por debajo de lo que sucedió en la Champions o en la Copa, pero la emisión de hoy estará como mínimo en torno al anterior compromiso en abierto, el 16 de abril, cuando 1,8 millones de andaluces siguieron de media la retransmisión de La Sexta. Fueron 11,4 millones a nivel nacional, incluyendo las autonómicas (8,8 millones para la cadena privada, 49,1% de share, el programa más visto en su joven historia). Con la fusión con Antena 3 en un horizonte próximo, La Sexta animará su alicaída cuota mensual con lo que suceda esta noche, que también se ofrece en HD y en 3D en cines.

Un Barça-Madrid se ha convertido en el programa más visto de cada año, al margen de los logros de la selección. Los últimos encuentros en abierto, los de la Supercopa, no arrastraron tanto personal según los audímetros pero fueron marcas máximas en un mes de agosto, con 6,4 millones de espectadores en la ida y 8 millones en la vuelta (con más de 1 millón de andaluces), cifras insólitas en el mes de vacaciones y, por tanto, de deserción de espectadores.

Desde que se miden las audiencias el 'clásico' liguero más visto tras el de este año fue el de la temporada 96/97, con 11,3 millones de espectadores y 71,2% para La1 y las autonómicas, incluida Canal Sur. Eran tiempos en que el derbi por excelencia no arrastraba tanta expectación y existían menos canales. Hasta la llegada de Guardiola, y la escalada revanchista del Madrid, la media de estos encuentros solía estar sobre los 8 millones: los seguidores futboleros por excelencia. Con todo el caldo que generan los entrenadores y las estrellas, a esa audiencia se le suma un buen puñado de espectadores que no se interesan por el fútbol, pero sí por un Madrid-Barça como el de hoy. Nada que ver con 6 millones que se congregaron en el compromiso de 1995. Cuando Mourinho era sólo un traductor.