El actor David Fernández (Igualada, 1970) estará deseando zafarse del tupé que lleva como obligación desde hace cuatro meses. Salvo sorpresa, Rodolfo Chikilicuatre se aproxima a su fin, pase lo que pase mañana en Belgrado, y aunque Baila el Chikichiki sea la canción de este verano de cambio climático.

La aventura del falso argentino comenzó el 21 de enero y en cuatro meses ha batido registros de todos los colores. Sus vídeos han tenido más de 8 millones de descargas, con más de 7.000 versiones internautas, y ha generado de 3 a 4 millones de euros en ingresos, disfraces de teletienda incluidos. El negocio se lo reparte a grandes trozos la productora El Terrat y TVE.

Rodolfo nació con la noticia de un músico que había creado la guitarra eléctrica con vibrador. David hilvanó este personaje en un aquí te pillo, aquí te mato, para completar una noche de Buenafuente. El del tupé reapareció al cabo de una semana y media, el 6 de febrero. Según la versión oficial, los del equipo quisieron dar una sorpresa a Andreu Buenafuente y fabricaron la canción y un videoclip para presentar a Chikilicuatre a la convocatoria abierta, vía myspace, para la preselección española de Eurovisión. Los autores imaginarios, y desmentidos, eran Santiago Segura y Pedro Guerra.

La favorita, La revolución sexual de La Casa Azul, fue superada a los pocos días por el Chikichiki gracias al aluvión internauta. La elevación del nuevo patriarca del frikismo de mentirijillas se confirmó en la gala del 8 marzo, donde fue elegida oficialmente, con Disco y Gráfica como cuerpo de baile. El imprevisto fenómeno se fue perfilando y, tras eliminar las alusiones políticas directas, lanzó su versión definitiva el 14 de marzo, con descargas continentales multitudinarias. El 29 de abril llegó a tener una gala para elegir el cuerpo de baile completo. Fue mal de audiencia, la bola de nieve que comenzaba a derretirse.