Iñaki López. 'la sexta noche'

"Los partidos dan por amortizada la corrupción"

  • El programa de debate cumple cinco años en antena

  • Su presentador recuerda el fichaje de Pablo Iglesias de las tertulias de Intereconomía

Andrea Ropero e Iñaki López, pareja dentro y fuera del plató de 'La Sexta Noche'.

Andrea Ropero e Iñaki López, pareja dentro y fuera del plató de 'La Sexta Noche'. / atresmedia

-Usted estaba en la televisión de su tierra hace cinco años, la vasca ETB, y le llaman de La Sexta.

El moderador no puede perder la paciencia ni el buen humor, hay que aliviar la tensión"Los tertulianos, políticos o periodistas, son compañeros de trabajo, pero no me voy con ellos de cañas"

-Había hecho programas de entretenimiento pero ya tocaba asuntos de actualidad. Pero sin imaginarme que un programa de cinco horas sobre lo político y social nos iba a durar un lustro. Acepté porque pensaba que ésto iba a ser transitorio. Nada menos que cinco horas en el prime time, cuando había debate en Telecinco, cine, espacios de muchos más presupuesto. Esto no iba a durar más allá de un trimestre, pensé.

-Y no sólo eso, sino que unos economistas se ponen a explicar sus datos en una pizarra.

-Las primeras pizarras eran de tiza, de las de siempre. La primera vez que lo propusieron me santigüé, menuda sudada. Sin embargo con todas las preocupaciones de la crisis el público se interesó.

-¿La Sexta Noche es una criatura de los tiempos difíciles que hemos vivido y seguimos viviendo?

-Para que el programa funcione durante cinco año ha ayudado todo el contexto político. Ya empezamos entonces con Bárcenas. Es el invitado no presente más presente que hemos tenido.

-El programa nació con 'los hombres de negro', el rescate...

-Los hombres de negro y los hombres que se lo llevaban crudo. En 2012 empezamos con los urdangarines, el caso Púnica. Precisamente era Francisco Granados quien iba a nuestros programa. Y después Esperanza Aguirre empezaba a tirar motos de la policía con su coche. Ni George Lucas haciéndonos los guiones lo habría mejorado. La actualidad se precipitaba cada semana.

-¿Cómo surgió lo de fichar a Pablo Iglesias, a Albert Rivera?

-Fue un tanto de casualidad. El PP no quería acudir y necesitábamos cubrir huecos con contertulios de centro, de la derecha. Albert Rivera tenía un pequeño partido catalán que no pensaba llevarlo al resto de España. A Pablo Iglesias lo conocíamos de los debates de Intereconomía, de La Tuerka. Nos gustaba cómo hablaba y cómo se defendía en campo ajeno.

-Iglesias adquiere popularidad con su programa, pero ¿cómo le fue contando lo del proyecto de Podemos?

-Nos iba contando que si articulaba corriente dentro de IU, que si una plataforma. Fue poco a poco. Me acuerdo de hablar con él el día anterior a las eleciones europeas y nos decía que a ver si tenía suerte. Después llegó el subidón de las municipales. En nuestro programa teníamos los sábados a las dos estrellas de la nueva política.

-¿Cómo se lleva con los contertulios de su programa?

-Me llevo de manera correcta, pero sin tener roce. Es un problema si les cojo confianza porque entonces no les puedo reñir, ni mantener las distancias. Los tertulianos, políticos o periodistas, son compañeros de trabajo, pero no me voy con ellos de cañas porque yo le cojo cariño a todo el mundo y entonces no sería neutral ni riguroso.

-Si terminan a las tantas los ´sabados ¿no les entran ganas de apurar ya la noche con Marhuenda?

-Después de todo el día acabamos tan rotos que como mucho con los del equipo nos terminamos el vino de la salat VIP para intercambiar impresiones y nos vamos para casa. Los debates, las entrevistas nos tienen en tensión. Lo suyo es llegar a casa y terminarte de quedar dormido con un programa deportivo de la radio.

-¿Cuántos bloques suele tener su programa, tan largo?

-Si hay mucha actualidad, como hoy, se dividen en muchos bloques. Este sábado tenemos a Baltasar Garzón, a Inés Arrimadas, un debate sobre la prisión permanente, Cataluña, la declaración de Ricardo Costa, el crítico Ferrán Monegal. Son cinco horas y pico y nunca hacemos la escaleta completa. Ha habido agostos que hemos hecho alguna cosa más relajada, pero siempre hay tanta actualidad...

-¿Va prevenido sobre las broncas en el plató?

-Ésto es como el fútbol, no sabes por dónde va a surgir la polémica. Hay temas y personajes que te imaginas que despertarán broncas. Está la memoria histórica, donde siempre saltan chispas, y en el debate económico suele haber alguien que hiperventila.

-¿Ha tenido que aprender a domar? ¿Cómo se consigue la crispación tertuliana no suba?

-Hay que imponerse pero el moderador no puede perder la paciencia ni el buen humor. Ante tendencias muy enfrentadas hay que aliviar la tensión. A veces entran en lo personal. Si no me impusiera sería peligroso porque ésto es un ocho contra uno. Se controla para que haya turnos y todos hablen más o menos lo mismo. Hay quien se enfada por el tiempo pero se cuida para que todos tengan una participación similar.

-¿Cataluña ha sido el asunto más visceral de sus tertulias?

-Los políticos se han dicho de todo, se han dicho cosas que no se atrevían a decir en el Parlament. Si comparamos con la situación que se vivía en septiembre a nivel político no se han producido avances. Es grave que no se hayan movido ninguna de las partes.

-¿Los españoles hemos cambiado en estos cinco años?

-Me he fijado que cuando ahora hablamos de corrupción la gente ha ido perdiendo la capacidad de indignarse. Tratamos casos obscenos como el de las tarjetas black pero se ha ido produciendo un cansancio en este tema. Seguimos conociendo corruptelas pero hay partidos que las dan por digeridas. Los partidos dan por amortizada la corrupción y todavía hay muchos implicados por delante. De no haber sido por la corrupción no tendríamos que haber sufrido tantos recortes.

-Por su tono se observa que usted no es de los árbitros que se queden en una esquina...

-No me puedo quedar indiferente. En este encuentro se hacen muchas trampas.

-Su compañera en el programa, Andrea Ropero, es su pareja y tienen un hijo ¿cómo llevan lo de aparecer en las revistas?

-No pasa nada si veo a un fotógrafo. Lo único que puedo pedir es que a las fotos les pongan el filtro Valencia y nos saquen rejuvenecidos.

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