Mago More. Actor y guionista de 'La noche de José Mota'

"Los políticos están quitando el pan a los humoristas"

  • El programa de humor de Telecinco está culminando la primera temporada de la nueva etapa del manchego.

En el carné aparece como José Luis Izquierdo, pero su nombre de guerra y tele es Mago More. Sí hace magia. De las de juegos de manos. Y magia con las ideas y los guiones. Es uno de los apoyos de José Mota. Dispuesto incluso a dar la cara para que le peguen sonoros guantazos en Juego de tronos en esta nueva etapa en Telecinco. La noche de José Mota, sí, es la de los jueves. Fiel al estilo del retrato social, entre la astracanada y el esperpento.

-Están todavía terminando de grabar la serie. ¿Han ido con el tiempo a lo justo?

-Se ha alargado todo un poco más porque había cosas que rematar, aprovechar lo que iba funcionando mejor. Jose tiene una gran 'deformación' profesional y le gusta perfeccionar todo. Los del equipo hallamos ideas en cualquier parte. En el metro, en un restaurante. Y hay que tirar de esa idea, de esa semilla, porque no sabes hasta dónde puede llegar.

-Y han estado aprovechando la actualidad hasta última hora.

-Pues sí, pero es que los políticos están quitando el pan a los humoristas. Dan tanto el cante que tenemos que fijarnos en ellos todos los días para que no nos hagan competencia desleal.

-¿Qué han descubierto en esta etapa y que les han funcionado mejor?

-Españoles por el tiempo es esa idea que surgió de una tontería y que se ha ido extendiendo porque hemos encontrado el tono y nos gusta mucho. Los personajes históricos no se agotan. Otra idea muy rentable, la de Paco Collado como Ricardo Boquerone. Nos inspiramos en Tonino Carotone y la broma ha llegado tan lejos que incluso contamos con el parodiado. Esas cosas no saben cómo pueden terminar.

-Y siempre en equipo…

-Para que La noche de José Mota funcione tiene que haber ese equipo que va completando las ideas que se van proponiendo. Construyendo lo que va surgiendo. Y Chema Lorite, que es el coordinador, es el que tiene que rematar con Mota .

-¿Así se fue construyendo, cuando estaban en TVE, el Papa Americano?

-Ahí hay todo un trabajo en equipo para 45 segundos que han dado la vuelta al mundo. La canción estaba de moda y decidimos hacer algo. Empiezas a hilar, a discurrir, a meter al Papa. Haces la letra, grabas la canción, creas una coreografía para siete personas, se interpreta, añades la posproducción para crear la plaza de San Pedro... Todo eso para 45 segundos de un programa semanal que dura más de una hora.

-¿Y qué pasa si después de tanto esfuerzo el sketch no tiene gracia?

-Ocurre. Las cosas no salen como quieres. A priori es difícil saber cómo va a funcionar todo realmente. Y en esta etapa con Telecinco hemos hecho un esfuerzo aún mayor. Los 700 sketches los hemos trazado sin estirar. No hay ninguno que haya superado los tres minutos. Si comparas con programas de veinte años atrás observas cómo hemos cambiado con los programas de humor. Pasa con todo. El ritmo de las películas de los años 80 o 90 no se digiere con facilidad ahora. El espectador, los jóvenes 'digitales' de hoy acostumbrados a los vídeos virales, quieren que las cosas vayan más deprisa. Matrix creo que fue un punto de inflexión en la narrativa audiovisual.

-¿Les da caña Mota para que no baje el nivel del programa?

-Mota nos exige. Pero es que además cuidamos detalles que el espectador seguro que no se da cuenta hasta que no ve un sketch muchas veces más. Hay un nivel de detalle incluso en carteles que apenas se pueden leer a simple vista. Estamos involucrados hasta ese extremo, incluso el decorador.

-En Telecinco parece que han arreciado las críticas negativas.

-Me sorprende. Cuando estábamos en TVE hay críticos que nos defendían y ahora, no. El humor es subjetivo y yo no voy a obligar a nadie a que le guste este programa. Pero pasan cosas raras. Sobre el público, siempre tiene la razón. Nunca tiene la culpa. Eres tú el que te tienes que adaptar al público cuando haces humor. A mí me pasa cuando trabajo en directo.

-¿Hay público para todo el humor que se hace en España?

-Sí, porque el público no es algo monolítico, es diverso. El problema es que en este país lo que no es de tu gusto, parece que es una porquería. A mí me gusta respetar a todos los humoristas. Los Morancos, por ejemplo, tienen su público y saben conectar con su gente.

-Con Los Morancos, y con otros, coincidió usted en aquel anuncio navideño de Gila de Campofrío.

-Fue una suerte y un honor. A Jose lo pilló en otro rodaje. Cuando lo grabábamos sabía que se estaba haciendo algo grande. Yo incluso hubiera pagado por haber estado en ese anuncio.

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