Quinta del abono en la Maestranza

El Cid y Joselito Adame, sendas vueltas al ruedo

  • El saltereño y el mexicano, con solidez, se las vieron con los dos mejores toros, quinto y sexto. Abellán, en blanco, brilla con la espada.

Con media entrada en tarde soleada y de agradable temperatura, el encierro de Las Ramblas, sin ser un material óptimo, si tuvo algún toro  aprovechable en un espectáculo que se saldó con escaso contenido artístico y sin trofeos, con El Cid y Joselito Adame dando sendas vueltas al ruedo. Sin duda, los mejores en la muleta fueron quinto y sexto.

Miguel Abellán, muy seguro con la espada ante su lote, se las vio en primer lugar con un toro manejable y sin clase, con el que realizó una labor en la que extrajo algunos naturales de buena expresión y que estuvo salpicada de enganchones.

El cuarto, un auténtico gigante, a dos kilos de los 600, fue materia de carnicería. El toro, un auténtico buey, salió sin celo y acometió con la cara por las nubes. El esfuerzo de Miguel Abellán fue tan breve como  baldío y el madrileño, que en la suerte suprema estuvo de nota, mató de certero volapié.

El Cid, que contó con el mejor lote, se esforzó con el manso segundo, que buscó siempre las tablas. Incluso se hizo muy fuerte junto a la madera en el segundo tercio. Alcalareño, que no dudó, se fue a ese terreno, que parecía dragado de minas y cuando salía del par, en el que estiró los brazos lo máximo posible para salir de la cara, el toro le atrapó y ya en la arena, próximo al estribo, se mascó la tragedia porque el cornúpeta lanzó varios tornillazos que, afortunadamente, no alcanzaron la cabeza del buen banderillero, que con valor y el toro situado ya fuera de las rayas, clavó otro par tras el tremendo porrazo. El Cid, en las afueras, dio un par de tandas diestras, en las que le faltó ceñirse.

El castaño y mansísimo quinto derribó a Juan Bernal, afortunadamente sin peligro. El toro, en la muleta, embistió muy bien por el pitón derecho, El Cid consiguió tres tandas buenas, que fueron ovacionadas y acompañadas por la música. El público estaba con el torero, pero la faena se vino abajo cuando el saltereño intentó torear al natural, ya que al animal le costaba entregarse del mismo modo por el pitón izquierdo. Además, el torero precisó de un descabello tras un pinchazo y el ambiente se enfrió.

Joselito Adame, que ya dejó patente su gran disposición y el buen momento que atraviesa en un quite por chicuelinas en el segundo toro, fue quien aportó mayor solidez torera. Con su primer toro, un colorao, chorreao, mansote y flojísimo, dibujó algunos naturales estimables al final de su trasteo, en el que no tuvo apenas posibilidades para el lucimiento porque faltaba toro. El mexicano se justificó en una labor sin apenas emoción por la excesiva flojedad del funo.

Con el que cerró plaza, un ejemplar serio, mansote y manejable, que embestía con la cara alta, Adame abrió junto a tablas con un manojo de muletazos por alto y a pies juntos. Luego, brilló en los medios en una serie diestra despaciosa. Con la izquierda estuvo entonado y en otra dibujó excelentes naturales. Y cerró con una tanda con derechazos rematada con martinete y molinete, todo muy ligado. Epílogo con torería, con cinco pases del desprecio –en México, del desdén–. El diestro quiso matar recibiendo y al final quedó la suerte al encuentro, a cambio de una estocada defectuosa, que hizo guardia y le privó posiblemente de un trofeo.

La función, con escaso calado artístico, levantó algo el vuelo en los dos últimos actos, con los dos toros que ofrecieron más opciones para el lucimiento.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla

Ganadería: Corrida de Las Ramblas, de dispares hechuras y comportamiento, abundando la mansedumbre. Los dos mejores, quinto (ovacionado en el arrastre) y sexto.

TOREROS: Miguel Abellán, de grana y plata. Entera trasera (silencio). Entera (silencio). Manuel Jesús ‘El Cid’, de grana y azabache. Entera (silencio). Pinchazo y descabello (vuelta tras petición minoritaria). Joselito Adame, de azul marino y oro. Media y estocada (silencio). Estocada defectuosa (vuelta al ruedo).

INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Miércoles 6 de abril de 2016. Media entrada en una tarde soleada. Jarocho y Fernando Sánchez saludaron montera en mano tras parear al sexto toro. Alcalareño fue cogido por el segundo toro contra el estribo y se mascó la tragedia. Fue atendido en la enfermería de “contusión costal izquierda con buena ventilación de ambos campos pulmonares y sin signos de lesión. Se aplica analgesia tópica. Se aconseja estudio Rx. Pronóstico leve. Fdo: Octavio Mulet”.

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