Cristian Escribano saldó con seis orejas su triunfal encerrona benéfica en la toledana plaza de Illescas, una corrida a beneficio de Casa de Aaron, para el estudio de enfermedades raras.

Se han jugado dos toros de Antonio San Román (primero y sexto), noble pero flojo el primero, y blando y parado el sexto; un segundo de Urcola, venido a menos; un tercero de El Ventorrillo, encastado; un cuarto de José Escolar, complicado y reservón, y un quinto de La Reina, bravo y codicioso, premiado con la vuelta al ruedo.

Cristián Escribano, único espada, entera (oreja); media tendida (silencio); entera arriba (dos orejas); dos pinchazos y bajonazo (silencio tras aviso); pinchazo, media y descabello (dos orejas); y buena estocada arriba (oreja). Un cuarto.

Sorprendente de Cristian Escribano en el magnífico coso cubierto de Illescas por la serenidad con la que solventó la papeleta de seis toros en solitario sin haberse puesto delante de uno desde octubre. Y con tan solo cuatro tentaderos este año.

Anduvo solvente y variado, variedad natural, no impostada, dando a cada toro una lidia adecuada y lucida en la medida que las condiciones de sus antagonistas se lo permitieron. Lo más destacado llegó en la lidia del encastado tercero, toro que repetía con codicia pero que soltaba la cara en el remate del muletazo. Ante él Escribano estuvo firme y con gusto, sobre todo en el torero cierre de faena.

Y fundamentalmente en el bravo quinto, premiado con la vuelta al ruedo, que persiguió la muleta por abajo hasta el final. En este hubo toreo de sometimiento y sabor a partes iguales.

En el resto de toros no hubo brillantez pero sí mérito. El primero se vino a menos muy pronto, como el segundo, de Urcola. El de Escolar tuvo complicaciones y el sexto, el de más cuajo, se paró muy pronto.