Si en algo debe llamar la atención al lector de esta tierra en torno a la feria isidril de 1970 es la aparición por vez primera en sus carteles de la divisa onubense de Celestino Cuadri. Lo hará con una terna de toreros modestos en la cuarta tarde del abono. Paseíllo que se argumentó en base a Pedrín Benjumea, el portugués José Falcón, Chanito y, por delante, el rejoneador jerezano Fermín Bohórquez, que rejoneó uno de la ganadería de su padre.

¿Cómo fuero aquellos Cuadri en su primera feria madrileña? Pues al decir de la crónica publicada en El Ruedo, fue el toro Colladero -buena reata- el que abrió plaza y uno de los más cumplidores. Retratao se mostró muy parado en el último tercio y Dibujante tomó cinco varas y quedó en la muleta con picante pero noble. Hizo cuarto Romero, con poca fuerza y muy quedado en su lidia. Pintado, el quinto, fue manso en su comportamiento, aunque se mostró nobletón en los engaños y Volador, el que cerró plaza, se mostró colaborador en el tercio final. Apostillando el firmante d e la crónica: "Corrida de muy buena nota". Todo ello, a pesar de que el salmantino Chanito se quedó con cuatro toros para él ya que tanto Benjumea como Falcón terminaron en la enfermería.

Hacer notar que este año vuelven a anunciarse en esta feria los dos díscolos guerrilleros: Palomo Linares y El Cordobés.

José María Sotomayor, en su espléndida recopilación sobre el historial de la feria madrileña, resalta en contundentes pinceladas cómo fue esa feria en la que, probablemente por la influencia de El Cordobés, ya se programan 18 corridas de toros. No se celebran todas. La del 29 de mayo tiene que suspenderse. Los toros anunciados de la ganadería mexicana de Mimiahuapam, primeros de este país que se anuncian en Las Ventas, no se aclimataron y la corrida que debía sustituirla fue rechazada por los veterinarios.

Comparecencias destacadas son las de Gregorio Sánchez y El Viti. El toledano corta dos orejas a Taponero, de Juan Mari Pérez-Tabernero. El segundo, el mismo día 20 de mayo, envía al desolladero a su primero, también sin las dos orejas; y a su segundo sin una de ellas. Pero faltaba el que cerraba el cartel: El Cordobés, que desorejó a los de su lote. Los tres, con el mayoral, salieron a hombros.

Vuelve El Viti a traspasar el umbral de la Puerta Grande, el día 22, en una tarde en la que confirmó el mexicano Manolo Martínez.

Al día siguiente, Diego Puerta corta dos orejas a su primero, pero El Cordobés vuelve a llevarse cuatro, esta vez de un lote de Atanasio Fernández. Benítez sale de la feria con el bagaje de ocho orejas en cuatro toros. No ha vuelto a producirse un hecho similar. Por trofeos, es la feria de este heterodoxo del toreo.

El mexicano Antonio Lomelín hace dos grandes faenas a Montillano, el toro de su confirmación; y a Napolitano, ambos de Alonso Moreno de la Cova. Al primero lo arrastran sin una de las orejas. Al otro sin las dos.

Fue una feria de confirmaciones. A las ya mencionadas, se añaden las de Dámaso González, Ruiz Miguel, Palomo Linares que, en su segunda actuación, desorejó a un Juan Pedro llamado Andrajoso, José Luis Parada, Julián García, Rafael Torres y Beca Belmonte.La anécdota habrá que apuntársela a José Fuentes. Durante una faena de muleta le acusan de torear con el pico. Pide una navaja y mutila esta parte de la muleta.Comienza a tomar cuerpo una parte de la afición que se muestra muy exigente.