Toros

Fracaso ganadero de Valdefresno

  • Luque, Fortes y Leal, sin opciones al éxito, con toros de cuatro hierros -Valdefresno, Fraile Mazas, un sobrero de Adelaida Rodríguez y otro de Carriquiri-, en conjunto bien presentados, flojos y descastados

Fortes, en un natural de rodillas al segundo toro.

Fortes, en un natural de rodillas al segundo toro. / reportaje gráfico: juan carlos hidalgo / efe

La decimotercera de la Feria de San Isidro, en la que se esperaba un encierro de Valdefresno-Fraile Mazas serio y que embistiera, se acabó convirtiendo en una mezcla, con dos sobreros de propina, de astados de hasta cuatro hierros que dieron nulas opciones al lucimiento. El primero de Valdefresno fue devuelto y se corrió turno, saltando otro astado de ese hierro; dos de Hermanos Fraile Mazas (quinto y sexto), un sobrero, como cuarto bis, de Adelaida Rodríguez, devuelto, y otro de Carriquiri, como cuatro tris. Bien presentados, primó la flojedad y la falta de casta. Un encierro que no dio opción al éxito a una terna compuesta por Daniel Luque, Saúl Jiménez Fortes y Juan Leal.

Daniel Luque, que cumplía su primer y único compromiso en este San Isidro, se justificó ante su mal lote. El toro que abrió plaza fue devuelto por inválido. El sevillano corrió turno y saltó el previsto en cuarto lugar, un toro negro, que se dejó pegar en varas y que blandeó en la muleta. El de Gerena no tuvo opción al lucimiento.

El otro astado, de Adelaida Rodríguez, muy serio, se derrumbó en el primer puyazo y fue devuelto de inmediato. Saltó un sobrero de Carriquirri, colorao, anteado, cinqueño, también serio y muy largo. Manso en varas, lo picaron más allá de las rayas. Luque, con quietud, extrajo los pocos muletazos que tenía a un animal que se paró pronto, consiguiendo una tanda diestra inicial con intensidad. Echó un borrón con los aceros.

Fortes, que hacía su segundo paseíllo en este ciclo, tras su actuación en la corrida de Lagunajanda, marcada por la firmeza, no contó con material potable para el éxito, pero dejó constancia que a su indiscutible valor ha añadido reposo en sus faenas. El malagueño anduvo dispuesto y templado ante el segundo, un astado negro, corniabierto, astifino, que persiguió las telas con nobleza, pero con la cara por las nubes. El diestro, muy decidido, con la muleta calada, en las afueras, comenzó de rodillas con el pase del cartucho y unos valiosos y emotivos naturales. El trasteo, con un toro sin transmisión, no pudo calar en los tendidos.

Con el quinto, de Fraile Mazas, mansote y sin brío -perdió las manos en varias ocasiones tras la muleta-, Fortes intentó extraer lo que llevaba dentro el toro, que a la postre fue un puñado de malas acometidas.

Juan Leal expuso sin reservas ante su lote. El francés, ante el tercero, cornilevantado, derrochó valor ante un animal de embestidas inciertas. Tras un comienzo con una pedresina en los medios y algún muletazo por la espalda, Leal apostó por un arrimón junto a tablas, quedando peligrosamente al descubierto cuando el toro lo derribó con los cuartos traseros. Epílogo con circulares y circulares invertidos.

Con el que cerró plaza, de Fraile Mazas, hondo, la historia prácticamente se volvió a repetir. El diestro se entregó ante un toro reservón, con un nuevo arrimón en el que se vivió un gran susto, cuando el astado se tiró al torero sorpresivamente.

La función terminó con gritos de "¡Toro, toro, toro!", el que hubiéramos querido para una terna que se sintió impotente ante las nulas opciones que ofreció el batiburrillo ganadero con astados de hasta cuatro hierros.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios