El novillero sevillano Jesús Álvarez ha sido el ganador del III Bolsín Tierras de Zamora, celebrado en la preciosa plaza de Toro. El torero de Santiponce y alumno de la Escuela de Camas, explica: "Es una gran ilusión, tras el sacrificio que estoy realizando. Llevo seis meses fuera de casa, preparándome en el campo de Salamanca, con el matador de toros retirado y apoderado Julián Guerra, quien me ha brindado su apoyo y me está ayudando a crecer profesionalmente. Julián, quien apoderaba a Jiménez Fortes, representa ahora a Miguel Abellán, una persona maravillosa, con la que estoy entrenando".

Jesús Álvarez, quien se ha formado en la Escuela de Camas, a las órdenes de El Almendro, considera que el citado centro le ha servido "para curtirme como persona. Entré en la Escuela a los seis años y debuté en público lidiando un becerro en Castillo de las Guardas en 2002. Desde entonces, he sumado quince becerradas y veinte novilladas sin picadores".

Un torero en ciernes, que disfruta con la lidia completa: "El capote, me encanta; me gusta banderillear; y con lo que tengo menos seguridad es con la espada, porque todavía he estoqueado muy pocas reses".

El diestro, con otros galardones, como el del Bolsín de Ciudad Rodrigo, debutara este mes en México: "Iré con el maestro El Almendro y actuaré en la plaza de San Marcos de Aguascalientes el 30 de abril".

En estos comienzos de su singladura torera, señala su principal objetivo: "Me gustaría que los profesionales a los que yo admiro me respeten". De ellos, afirma que "hay dos que me ayudan mucho, Miguel Abellán y El Cordobés -Manuel Díaz-, quien me regaló un vestido. Y por supuesto, también entre mis toreros predilectos están las figuras como El Juli, Morante de la Puebla y José María Manzanares; y anteriores como Ojeda, Manzanares, padre, y Camino". Si sus referentes son los citados, el toreo que anhela es "un toreo largo, profundo, puro y hecho con verdad. Cuando se hace así y con entrega, sale el artista que uno lleva dentro".