El panorama para los novilleros está francamente difícil. El torero coriano Mario Diéguez, con triunfos en la plaza de Madrid, es un buen ejemplo de ello. El año pasado no estuvo anunciado ni en Las Ventas ni en La Maestranza y se quedó descolgado hasta el punto de que únicamente toreó una novillada en Torralba de Calatrava, donde quedó triunfador y cuyo trofeo recogerá la próxima semana, y un festival en Abenójar donde obtuvo los máximos trofeos.

Mario Diéguez, que se ha forjado a fuego lento, quiere abrirse camino en el escalafón superior: "Estoy viendo la posibilidad de tomar la alternativa este año, lo antes posible. Estoy a punto de cerrarla". Con respecto a la temporada pasada, afirma: "Ha sido agridulce porque apenas he toreado, pero a la vez bonita por el triunfo en la novillada de Torralba de Calatrava, donde corté dos orejas en una novillada de Fuente Ymbro, y en el festival de Abenójar, donde corté un rabo a un novillo de Julio García".

Me ha faltado apoyo en los despachos. No he tenido gente que me mueva los triunfos"

Como sucede a la mayoría de novilleros, su situación siempre ha dependido de lo que consiguen en Sevilla y en Madrid. Diéguez, que ha sumado unas 25 novilladas picadas, impresionó en su debut en Las Ventas, en 2013, con una faena clásica con tintes morantistas -según la crítica-. El torero explica: "En Las Ventas he tenido mi ambiente. He toreado cinco tardes, la última en 2016". En cuanto a La Maestranza, señala: "Toreé una sin caballos y debuté con picadores en 2014, la única que he toreado en Sevilla".

Mario Diéguez afirma: "Me ha faltado apoyo en los despachos. No he tenido gente que me mueva los triunfos. De hecho, no he ido a los ciclos grandes; sólo a Galapagar, donde fui el triunfador". En cuanto a su tauromaquia, indica: "No me gusta definirme. Intento hacer el toreo más puro que puedo, clásico. Y hay que arrear".

Ahora, el objetivo fundamental de Mario Diéguez es "tomar la alternativa en 2018 lo antes posible. Necesito ya dar el salto a matador de toros".