Contento se marcha Sergio Galán de su regreso al coso hispalense. Un paso que se salvó, tras seis años de ausencia, con un silencio y una merecida oreja. El madrileño aseguró sentirse a gusto ante una afición "de categoría" con la que comparte la pasión por el toreo despacio: "éste es el que siento", indicaba el rejoneador. El pinchazo trasero y atravesado del primero de la tarde apenó al torero: "Una pena los aceros. El toro lo he cuajado desde el principio, lástima que se me haya ido la mano. He podido darle tiempo y exprimirlo". Galán apuntaba su empeño por controlar la falta de fuerza del segundo de su lote: "Era noble, con clase, pero no ha durado y he tenido que poner todo". A pesar de la oreja, tenía otras expectativas: "Numéricamente no era a lo que venía, pero la faena ha tenido mucho contenido. Venía con responsabilidad después de tanto tiempo".
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