Con llenazo de No hay billetes en la plaza portátil -se quedaron sin poder entrar más de mil personas- y buenos pasajes toreros, se lidiaron erales de Zalduendo. Pablo Domecq, dos orejas. Rocío Romero, oreja. Alejandro Adame, dos orejas. Mariano Fernández, oreja. El Niño de los Tendíos, dos orejas. Manolo Luque El Exquisito, vuelta al ruedo.
Pablo Domecq, bisnieto de don Álvaro, abrió plaza con un eral con alguna dificultad que solventó con buen monta y torería.
Rocío Romero dejó nociones de buen toreo, de querer ligar y de andar firme. Con la espada tampoco anduvo fina.
El más pequeño de los Adame conoce el oficio, tiene soltura, torería y valor para ser gente.
Mariano Fernández, de la Escuela de Camas, voluntarioso y con buenos pasajes, no acertó con la espada.
El malagueño Niño de los Tendíos, que brindó a Morante, realizó una faena de arrebato novilleril, con muchas ganas.
El Exquisito, de 14 años, tiene un magnífico concepto. No pasó por el trago de matar por no tener la edad reglamentaria.
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