Toros

Paco Ureña corta dos orejas a un gran toro de Margé en Arles

El matador de toros Paco Ureña salió triunfador en el cierre de la Feria de Arles tras cortar dos orejas al sexto toro de la tarde, al que premiaron con la vuelta al ruedo. En el final estuvo lo mejor de la tarde. Paco Ureña y Vaccares, un gran toro de Robert Margé, se encontraron en la arena de Arles para dar forma a una gran faena. Antes poco había sucedido, más allá del buen oficio de Abellán y la entrega de Escribano con sendos lotes que ofrecieron pocas opciones al lucimiento. Pero en el sexto Ureña se reivindicó con fuerza.

Paco Ureña se explayó por ambos pitones ante el gran sexto, un ejemplar bien presentado, con cara, que empujó con fuerza en el caballo y tuvo buena condición en la muleta. A este toro, noble y con fondo, lo llevó siempre en muletazos largos, siempre muy sometida la embestida del de Margé y presidiendo todo ello con buen gusto estético. Tras el remate a espadas, el murciano paseó las dos orejas de un toro que recibió la vuelta póstuma como premio al gran espectáculo dado en varas, con tres entradas al caballo empujando y su buen juego en la muleta. Ya había gustado ante el tercero. El murciano toreó bien al natural, aprovechando el buen pitón izquierdo del toro, al que le faltó algo más de transmisión para que la faena hubiera tenido más eco. Ureña saludó otra ovación.

Miguel Abellán saludó una ovación en el toro que suponía su regreso de luces a Francia. El torero madrileño estuvo centrado y solvente con el flojo primero, ejemplar que, por su condición, impidió la continuidad necesaria en la faena. Hubo un par de buenas tandas de derechazos.

El cuarto fue un toro peligroso con el que Miguel Abellán no tuvo opción al lucimiento. El torero madrileño falló con los aceros en la suerte suprema.

Manuel Escribano también fue ovacionado en su primer turno. Lidió un toro deslucido, siempre a la defensiva, con el que no tuvo opción en la muleta. Destacó el de Gerena especialmente en banderillas, en un tercio espectacular.

Manuel Escribano volvió a ser ovacionado en el quinto toro, muy desfondado, se paró pronto y, como antes, el sevillano tiró de voluntad y entrega para llevar algo de emoción al tendido.

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