Toros

Palha y Valdenebro cortan sendas orejas

La matinal de rejones, penúltimo festejo de la feria abrileña, se saldó con el triunfo de los rejoneadores Francisco Palha y Luis Valdenebro, que cortaron una oreja cada uno; entre tanto, Álvaro Montes y Lea Vicens dieron la vuelta al ruedo tras lidiar a sus respectivos oponentes. La corrida de Benítez Cubero dio un juego desigual.

El jiennense Álvaro Montes toreó con su habitual estilo campero, que recordó a Buendía, de quien ha bebido en su finca ese estilo, parando con la garrocha desde el portón de toriles al astado que abrió plaza. En banderillas añadió dosis de espectacularidad, con dos al violín sobre Macandé y se marcó dos quiebros muy ajustados.

El hijo del maestro Joao Moura, del mismo nombre, ya conocido por el público sevillano, se enfrentó a un astado deslucido por parado, y eso que únicamente le prendió un rejón de castigo. En banderillas lució buena monta, toreando de costado. La labor no acabó de tomar cuerpo debido a que el astado se vino abajo y, además, falló en la suerte suprema, pinchando reiteradamente.

El alicantino Manuel Manzanares, hermano de José María y que se ha criado como rejoneador de la mano del maestro Pablo Hermoso de Mendoza, realizó una labor entonada, con algunos pasajes interesantes en banderillas, que cerró con las cortas. Pinchó y no hubo trofeo.

El portugués Francisco Palha, dentro de la línea clásica y sobria de la escuela lusa, se lució en banderillas. También tiró de espectacularidad, recursos y adornos, como varias piruetas; así como la suerte de la rosa, para calentar el ambiente en el tendido. Mató de un rejonazo y fue premiado con la primera oreja de la mañana. El público pidió la segunda, que no fue concedida por la presidencia.

El sevillano Luis Valdenebro brindó la faena de su debut en la plaza de la Maestranza a su progenitor, también rejoneador. En su labor, que comenzó con algunos arreones del astado, la faena fue tomando cuerpo paulatinamente, destacando un ajustado par al quiebro a un astado reservón. Mató en el primer envite, para cobrar el segundo trofeo del festejo.

La rejoneadora francesa Lea Vicens, que está aprendido los secretos del arte de Marialba por el maestro Ángel Peralta, dejó una grata impresión en su presentación en la Maestranza. Con un toro complicado, su labor resultó entretenida. Marró con los aceros -echó pie a tierra para descabellar- y se esfumó la posibilidad de premio.

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