Toros

Roca Rey asombra por su capacidad

Andrés Roca Rey, en su salida a hombros, ayer, en la plaza de toros de Valencia.

Andrés Roca Rey, en su salida a hombros, ayer, en la plaza de toros de Valencia. / juan carlos cárdenas / efe

El octavo festejo de la Feria de Fallas de Valencia, con El Fandi, Manzanares y Roca Rey había levantado gran expectación, hasta el punto de que se colocó el primer No hay billetes. El diestro limeño, que está siendo un revulsivo para captar clientela, resultó el triunfador del festejo, saliendo a hombros por la Puerta Grande y asombrando por su capacidad con capote y muleta.

El espectáculo, con altibajos, transcurrió sin grandes emociones hasta el último capítulo por mor de una corrida de Núñez del Cuvillo excesivamente floja. Roca Rey, que había cortado una oreja en su primero, salió a por todas en el sexto, un colorao bien hecho al que cuidó en el caballo. El peruano lo recibió con una larga, de pie, a una mano y veroniqueó con temple. Quite por saltilleras, cambiando el viaje del toro y el público puesto en pie. Luego, toreando con el capote a una mano con naturalidad, como si fuera una muleta, remató unos lances con uno de pecho con el personal nuevamente de pie.

El limeño abre la Puerta Grande, El Fandi corta una oreja y Manzanares, de vacío

Roca comenzó la faena en los medios alternando muletazos con la derecha con otros por la espalda y una arrucina que de nuevo pusieron al personal de pie. En la faena, con quietud y temple, pero de excesivo metraje, tiró de recursos en sendas tandas con muletazos meritorios hasta cerrar con un inoportuno desarme. Tras un pinchazo y una estocada fue premiado con una oreja, que sirvió de pasaporte para la salida a hombros.

Con su anterior astado, que se apagó pronto, brilló con el capote en un saludo por chicuelinas y en una réplica con caleserinas y gaoneras a El Fandi, que había entrado en su quite por navarras. Roca Rey estuvo voluntarioso con un toro noble, pero muy justo en todo, en una faena inteligente muy meritoria por el temple que comenzó con estatuarios y cerró en un arrimón. La estocada certera fue decisiva para ganar una oreja.

El Fandi se entregó sin reservas ante un lote bonancible. Dio espectáculo en banderillas de manera desigual y a ambos toros los recibió con sendas largas cambiadas de rodillas. Con el que abrió plaza, un ejemplar noble, no llegó a acoplarse. La labor muleteril no tuvo peso.

Con el cuarto, noble, flojísimo y de carril, el de más calidad del encierro, realizó una faena larguísima que comenzó en los medios, de rodillas, con la diestra. Labor pulcra, pero sin calidad. La estocada fue decisiva para que el personal solicitara una oreja, que fue concedida.

José María Manzanares, con el peor lote, se marchó de vacío. Su primero, muy protestado por su excesiva flojedad, llegó a la muleta sin tenerse en pie y el alicantino, que se había lucido a la verónica, realizó una labor de enfermero al noble animal.

El quinto fue devuelto al derrumbarse tras un picotazo. En su lugar salió un astado de Victoriano del Río, alto y ensillado, que dio un juego deslucido y con el que cumplió Manzanares en un trasteo porfión.

Roca Rey, que reaparecía en Valencia tras la cogida del pasado domingo en Andújar, donde sufrió un fuerte traumatismo en el coxis, salió nuevamente a hombros, como el año pasado, de su cita en Las Fallas. En esta ocasión, a su descomunal valor, añadió una capacidad que continúa creciendo como la espuma en un torero de tan sólo veinte años de edad.

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