Toros

Triunfo de El Parralejo en su debut como corrida de toros

  • La ganadería sevillana se estrena con éxito en San Sebastián, con un buen encierro y la vuelta al ruedo al toro 'Rabanito'

  • Luis David Adame, dos orejas y Joselito y Simón, una

Joselito Adame, citando a uno de los toros del encierro de El Parralejo, ayer, en San Sebastián.

Joselito Adame, citando a uno de los toros del encierro de El Parralejo, ayer, en San Sebastián. / juan herrero / efe

El Parralejo debutó como corrida de toros ayer en la plaza de San Sebastián con éxito. Toros en el tipo, bien presentados y que dieron buen juego en su conjunto; destacando el quinto, Rabanito, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Luis David Adame cortó un total de dos orejas; mientras su hermano Joselito y López Simón cortaron una cada uno.

El que abrió plaza hizo una buena pelea en el caballo y embistió con bravura, nobleza y fijeza y además tuvo mucha cuerda. Joselito Adame, tras unos doblones y recortes innecesarios, realizó una faena correcta, asentada en la quietud y temple, destacando en una buena serie al natural y en otra con ligazón con la diestra. Mató de estocada contundente para cobrar una merecida oreja.

Al cuarto, de amplias velas y serias embestidas, Joselito Adame lo recibió con verónicas de rodillas. Ya con la franela, con quietud, alargó bien los muletazos en varias tandas presididas por la ligazón. Cerró toreando con la diestra, sin ayuda y a pies juntos. Mató al encuentro de estocada que hizo guardia y dos descabellos y dio una vuelta al ruedo.

López Simón se las vio en primer lugar con un animal bajo, flojo y manejable. El madrileño ganó terreno a la verónica y realizó una labor muy extensa, con falta de limpieza y algún desarme, que cerró con un arrimón. Con la espada, pésimo. Fue ovacionado.

El quinto, bien hecho, derrochó bravura, alegría, repetición y fundamentalmente clase desde su salida hasta su muerte. López Simón -no entendemos su manía de descalzarse cuando el piso de la plaza está en buenas condiciones- realizó un trasteo muy extenso en el que faltó acople y temple, salvo en un par de tandas con la izquierda. En el epílogo, ya en cercanías, el toro continuó embistiendo con clase. Tras un pinchazo hondo y un descabello, fue premiado con una oreja y Rabanito con la vuelta al ruedo.

Luis David Adame, que debutaba en esta plaza, desplegó variedad capotera y anduvo bien con el encastado tercero en una faena que tuvo la virtud del temple. Comenzó en los medios, con la diestra, intercalando un par de muletazos por la espalda y cerró con bernadinas sin ayuda en las que estuvo a punto de ser cogido. Pero lo mejor lo consiguió en el toreo fundamental, especialmente con la diestra -mejor pitón del animal- en una serie muy suave y en otra con ligazón. En la suerte suprema, la ejecución fue muy buena, ya que se tiró con rectitud, pero la colocación fue pésima: bajonazo. El público pidió una oreja, que fue concedida.

Con el sexto, Luis David volvió a demostrar su soltura y variedad con el capote, tanto en un ramillete que abrochó con una sensacional media como en un brilante quite por lopecinas. Banderilleó con facilidad. Y en la faena, con mucha entrega, hubo cierta precipitación. Cerró con manoletinas y mató de estocada casi entera. Fue premiado con una oreja, con petición de la segunda.

Sin duda, por encima de todo, destacó el encierro de El Parralejo, que triunfó en su estreno en corrida de toros. Fue una materia prima primordial para que el generoso público donostiarra saliera contento, con grandes opciones para los toreros, que no siempre aprovecharon adecuadamente las embestidas de los toros.

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