Álvaro González Obregón. Pregonero de la feria taurina de El PUerto

"Será un pregón atípico porque no hay corridas de feria que pregonar"

  • Un pregón diferente para la mañana del próximo domingo en el Auditorio del Monasterio San Miguel

-Tarea difícil pregonar el próximo domingo la Feria Taurina de Primavera y del Vino Fino cuando no hay corrida este año.

-Es un pregón atípico: pregonar sin nada que pregonar. Algo intentaremos hacer sobre todo para engrandecer la fiesta en nuestra ciudad y que el pregón sirva de hilo conductor para otras artes, no solo del ruedo. Ir más allá del mero espectáculo del ruedo manifestando que el toreo es una fuente que nutre muchas artes.

-Y en El Puerto más, parafraseando a la Santa de Ávila aquí el toreo se cuece en muchos pucheros.

-Esa la idea. En un principio quizás si se hubiese celebrado la corrida, lo hubiera pronunciado desde otro prisma: pregonar a viva voz lo que se va a celebrar en la Plaza Real. Al no haber corrida he buscado otros matices para ensalzar la fiesta, no solo en nuestra ciudad sino en la humanidad porque es una fiesta que atrae a público de todo el mundo.

-Le iba a preguntar si podemos adelantar algo pero ya veo que no va a ser un pregón al uso.

-Habrá varias sorpresas. Intento que no se trate de que yo me ponga a largar fiesta de lo bonito que es esto. Eso ya lo sabemos. Lo ideal es que llegue a la gente, y es lo que voy a intentar, no solo con mi palabra sino también con algunos hechos. Pero no desvelemos nada porque lo ideal es que se vea allí, no explicarlo ahora. Así será más vistoso.

-Sin lugares comunes ni ripios

-He buscado un poco lo novedoso porque cómo tampoco hay nada que pregonar en el sentido de que no hay corrida de toros, he buscado ese giro en la forma de hacerlo. Va a haber muchas sorpresas desde el primer segundo hasta el final. Espero que acabe gustándole a todo el mundo, pero no va a ser el pregón usual de ponerse las manos atrás y estar una buen rato disertando.

-¿Qué evoca en esta cuenta atrás un pregonero del toreo portuense en su ciudad?

-En estos días, ya queda poco, estoy un poco atacado porque son muchas cositas las que hay que engarzar, pero es verdad que mientras lo trabajaba he tenido mucha ilusión porque toda mi vida siendo abonado, o los años que he estado en los medios de comunicación taurinos asistiendo día a día, tarde a tarde a las ruedas de prensa, las corridas, viviéndolo desde muy pequeño y tener la oportunidad, la posibilidad, el gran privilegio de poder pregonar y decirle a mis paisanos o a todos los que quieran acercarse a escucharlo, verlo y sentir lo que haremos el domingo, es una satisfacción enorme. Quizás no quepa en el traje que me ponga de lo ancho que voy a estar y, sobre todo, de lo agradecido que estoy. La Tertulia El Monasterio pensó y confió en mí, yo no lo dudé nunca, no porque piense que me lo merezca sino porque es bonito que confíen en uno y, guste más o guste menos, voy a intentar expresar lo que siento.

-Usted ha vivido el toreo portuense como abonado, peñista, cronista, ahora como pregonero... ¿Con qué papel se queda?

-Me quedo cuando era abonado de la grada joven del segundo piso. Con esa inocencia entre comillas o desconocimiento de los intríngulis de la fiesta, conocimientos que me han hecho, un poco, desgastarme como aficionado. Me quedo con esos momentos y con los que estoy viviendo ahora. Porque vuelvo a recuperar esa ilusión de volver a ver toros. Me quedo con aquellos tiempos de joven que iba con mi amigo José Antonio Ortega con la ilusión de un chaval que va a ver el espectáculo más impresionante y bello del mundo.

-Si usted tiene alguna etiqueta es que es partidario de Morante y de Morilla. Parece que uno va a estar este año en El Puerto y otro no.

-Una lástima lo de Morante. Parece que no va a venir en verano, pero si tiene una deuda con la empresa y no se la pagan, comprendo que no quiera venir. Y si al final se cumple lo de Alejandro Morilla, muy contento porque cumple diez años como matador y ya que le hicieron el feo en su día de no tomar la alternativa en El Puerto, que mejor manera de celebrar ese aniversario que toreando en la Plaza Real de su ciudad. Todas las ciudades tienen a sus toreros en sus carteles y ya era hora de que volviera Morilla.

-Pues mucha suerte

-Gracias. Y a los que les cueste un poquito asistir a los pregones, que se den una vueltecita, que quizás se sorprendan. Y al revés, si les gusta oír a un señor pronunciando un pregón típico, que se atenga a que va a ser diferente.

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