Sevilla ayer y hoy

Astillero desde época romana (III)

  • PRÓXIMA ENTREGA Miércoles, 28 de diciembre.En 1960 se alcanzó la suma de catorce embarcaciones, cifra récord. La factoría de Astillero ocupaba entonces una superficie de 175.462 metros cuadrados y tenía más de mil doscientos empleados

AUNQUE los Astilleros no serían inaugurados oficialmente por el jefe del Estado, general Francisco Franco Bahamonde, hasta la primavera de 1956, el día 23 de abril, en 1955 fue botada la primera nave construida íntegramente en Sevilla. Fue el 19 de febrero. Todo un acontecimiento socioeconómico e histórico. Este primer buque se llamaba Astene III y fue el primero de una serie de siete embarcaciones con el mismo nombre construidas en los años siguientes. El Astene III era un barco frutero de quinientas cuarenta toneladas de peso muerto, con cincuenta metros de eslora, 8,60 metros de manga y 5,25 metros de puntal.

Al año siguiente se terminaron siete buques; en 1957, cuatro; en 1958, nueve; en 1959, tres, y en 1960 se alcanzó la suma de catorce embarcaciones, cifra récord. La factoría de Astilleros ocupaba entonces una superficie cubierta de 69.984 metros cuadrados, y descubierta de 105.478 metros cuadrados. En 1955 tenía ochocientos cincuenta trabajadores, que sumaron más de mil doscientos al año siguiente.

También en 1955 entró en servicio un dique flotante de dos mil toneladas, y tres años después, en 1958, lo haría un dique seco con ciento cincuenta y un metros de eslora útil, capaz de carenar a los mayores buques que por entonces entraban en el puerto de Sevilla.

Las instalaciones de Astilleros de Sevilla en la Punta del Verde, en la margen derecha del Guadalquivir y al final de la corta de Tablada, oficialmente de Alfonso XIII, tuvieron su comienzo histórico a finales de 1945, cuando se colocó la primera piedra. Recordamos que entonces surgió la idea de llamarle Astillero de Triana, como homenaje a su historia naval y localizarse la factoría en la orilla derecha del Guadalquivir. Pero Astilleros Españoles, propietaria de la factoría, y el Ministerio de Industria, no aceptaron la propuesta sevillana.

El historial sevillano en el sector de astilleros se pierde en la noche de los tiempos, con hitos históricos como el de las primeras Atarazanas, mandadas construir por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII en el Arenal, y otras actividades navales continuadas que tuvieron el colofón de la construcción en 1819, a orillas del Guadalquivir del primer barco fluvial español a vapor, el Fernandino, llamado popularmente el Betis. Un proyecto nacido, además, en la Universidad de Mareantes de San Telmo.

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