Sevilla ayer y hoy

Astillero desde época romana (II)

  • PRÓXIMA ENTREGA Miércoles, 21 de diciembre..Para el sector laboral sevillano, el Astillero no sólo supone el reencuentro con la historia naval, sino que aporta valores añadidos decisivos para la industria auxiliar provincial y andaluza

LAS instalaciones de Astilleros Españoles (luego Astillero de Sevilla-Izar) en la Punta del Verde, en la margen derecha del Guadalquivir y al final de la corta de Tablada, oficialmente de Alfonso XIII, tuvieron su comienzo histórico a finales de 1945, cuando se colocó la primera piedra, después de varios años de gestiones administrativas y estudios y proyectos. El historial sevillano en el sector de astilleros se perdía en la noche de los tiempos, como conocemos por el artículo de Juan Antonio Ruiz Giraldo e incluido en el libro Historia del Astillero de Sevilla.

Desde finales de 1945 hasta 1951, fueron construyéndose en la Punta del Verde los talleres, gradas, muelles y varaderos, algunas de cuyas obras fueron recepcionadas durante 1952 y 1953. En este último año comenzó a funcionar el varadero, realizándose en su primer ejercicio reparaciones a cuarenta y cinco embarcaciones de hasta seiscientas toneladas. Al mismo tiempo, a flote en las aguas del río, se reconstruyeron casi en su totalidad dos buques.

Para el sector laboral sevillano, los Astilleros no sólo suponían el reencuentro con la historia naval, con la apertura de una factoría que era la más moderna de la época y también la situada más tierra adentro, gracias a la navegabilidad de la ría del Guadalquivir, sino que aportaba dos valores esperanzadores tanto para el sector laboral especializado como para las industrias auxiliares sevillanas y andaluzas. El primero, el aprovechamiento de una parte del personal especializado que había quedado sin trabajo en la industria militar sevillana; el segundo, la reactivación de las obras públicas. En efecto, gente procedente de la capital y del alfoz aljarafeño, principalmente, y de otras comarcas sevillanas encontró trabajo durante varios años en las obras de los Astilleros.

La factoría, que en 1951 contaba con cincuenta y tres empleados, sumaba más de mil cien en 1955 y llegaría a superar los dos mil doscientos a finales de la década. Una gran parte de este personal procedía de otros sectores productivos y fue recalificado mediante cursos acelerados de formación profesional.

Aún hubo más impactos sociales positivos con la terminación en 1953, de los primeros bloques de viviendas construidos por Elcano para su personal, unos en el Tiro de Línea y otros en terreno procedente del Cortijo de Cuarto, la popular barriada de Elcano. Con ese mismo nombre también se terminó en 1953 el Edificio emblemático de la Compañía en las avenidas de Moliní y de la Raza.

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