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Coches con vida propia

  • Más allá de las 'food trucks', Autocar Extreme ha pasado en tres años a convertir vehículos en oficinas y negocios con una clara vocación de movilidad

La movilidad de los negocios y la facilidad en los desplazamientos es una de las características de las nuevas empresas. Transformar una furgoneta en una cafetería móvil, hacer de ella una peluquería canina, pequeños restaurantes o una oficina, se está convirtiendo en algo más habitual.

José Luis Gutiérrez es un emprendedor que ha puesto en marcha desde hace tres años un taller de transformación de vehículos. Autocar Extreme está en el Polígono la Isla, en Dos Hermanas y desde aquí han salido encargos como las 16 cafeterías móviles que una empresa de café utilizó en Amsterdam. Pero no sólo se trata de adaptaciones de furgonetas con un destino más o menos lúdico. La evolución del negocio le ha llevado a tener ocho personas trabajando.

Entre las transformaciones realizadas está unos 1.000 vehículos que se han adaptado para poder ser utilizados por el Infoca. Se trata de adecuar los coches y furgonetas existentes en el mercado convencional a las necesidades para el desarrollo del trabajo para el que están destinados con las mayores condiciones de éxito.

Hasta el taller llegan peticiones de todo tipo. Sin embago, existen dos grandes líneas: por un lado, las llamadas foods trucks o furgonetas que se utilizan como restaurantes móviles. Pero también tiene un gran volumen de negocio adaptando vehículos a peticiones que se salen de lo común para necesidades muy concretas como oficinas móviles.

"Entre los proyectos que tenemos actualmente entre manos está una food truck para poder hacer demostraciones de cocina japonesa y, sobre todo, sushi, en diferentes puntos. En este caso en concreto, tenemos muy buena relación con el sector de la hostelería y hemos realizado varios trabajos de este tipo. Llevamos hechas ya unas 14 furgonetas de este tipo", explica José Luis Gutiérrez.

Normalmente, el proceso de creación comienza con una visita en la que el cliente explica sus necesidades y, "teniéndolas en cuenta, buscamos en el mercado el vehículo que mejor se puede adaptar tanto en dimensiones como en prestaciones".

Entre los trabajos que han salido de este taller, que tuvo que cambiar de su primera ubicación hasta la nave actual de 1.100 metros porque el volumen de trabajo iba en aumento, está una peluquería canina. "En realidad, el cliente suministraba elementos de peluquería a los veterinarios y en las adaptaciones, al final, la furgoneta quedó convertida en este negocio", comenta.

Entre los nuevos proyectos, una fugoneta para transportar delfines del Centro de Especies Amenazadas o una que se transforma en oficina y que, además, tiene placas solares.

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