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Vivir en Sevilla

Escucha activa para salir de la soledad

  • El Centro San Camilo organiza unas jornadas de humanización de la salud el 29 y 30 de marzo

Jesús Zurbano, superior de los Camilos, Marisa Banda, coordinadora del centro, y Rafael García, vicepresidente del centro.

Jesús Zurbano, superior de los Camilos, Marisa Banda, coordinadora del centro, y Rafael García, vicepresidente del centro. / juan carlos muñoz

Las nuevas tecnologías permiten que alguien que vive en Nueva York mantenga una conversación con alguien que reside en Dos Hermanas. No sólo eso, los avances tecnológicos permiten a cualquiera hablar con más de un receptor a la vez. En definitiva, tener un millón de amigos, como dice la canción. Pero, en muchos casos, esas amistades sólo existen en la red y las personas, aparentemente rodeadas de más gente, se sienten realmente solas. Por eso, uno de los principales problemas de la actualidad es la soledad, disfrazada en muchas ocasiones y atribuida en exclusiva a las personas mayores. Para visibilizar este problema y ofrecer herramientas con las que evitar la soledad no elegida, el Centro de Escucha San Camilo realiza el 29 y el 30 de marzo las jornadas Soledad vs Relación en el Hospital Virgen del Rocío. Su objetivo no es otro que humanizar las relaciones y arrojar algo de luz a un problema latente en la sociedad y cada vez más extendido.

Aunque su actividad más inminente son las jornadas de la próxima semana, el centro desarrolla su actividad desde hace más de veinte años a nivel nacional y siete en Sevilla. Durante ese tiempo y con unos 12 voluntarios (en el centro de Sevilla), han trabajado ofreciendo atención humanitaria a todo tipo de personas. Siempre con un personal formado y capacitado en la materia, desde el centro desarrollan una escucha activa. "No ofrecemos consejos porque no somos nadie para reconducir la vida de los demás, nos limitamos a escuchar al otro, lo ayudamos a verbalizar lo que siente e intentamos darle las herramientas con las que salir de la situación en la que se encuentra", comenta Rafael García, trabajador social y vicepresidente del Centro de Escucha. Junto a él trabaja Jesús Zurbano, superior de los Camilos y director del centro. Ya sea por su vocación sacerdotal o por los más de 40 años de experiencia, el padre Jesús tiene un don para la escucha. "Cuando se sienta a oír a cualquiera de los que vienen al centro, en seguida conecta y empatiza; sabe dar las claves mucho antes que los demás voluntarios", señala Marisa Banda, coordinadora del centro y voluntaria.

En una sociedad cada vez más individualizada, en la que nadie se preocupa en exceso por el prójimo, desde el centro quieren que el que acuda a ellos no se sienta solo ni ignorado. De ahí la escucha activa. En la primera toma de contacto la persona cuenta al voluntario su problema, como una especie de desahogo. Aquí el papel del voluntario es clave; sus respuestas y su lenguaje corporal deben dar muestra de que se está prestando atención. "Hay que ser muy empáticos para que la persona gane en autoestima, se abra y descubra todo el trasfondo de lo que le ocurre", señala Rafael García. Muchos de los que acuden creen tener un problema y, tras las sesiones, descubren que en realidad tenían más incógnitas por resolver.

Siempre pensando en la humanización de la salud, desde el Centro San Camilo trabajan, no sólo la soledad, también se enfrentan a los duelos. Ambos bastante estereotipados por la sociedad. Ni sólo se siente solo el anciano que no tiene quien vaya a verlo, ni sólo se enfrenta a un duelo el que pierde a un ser querido. Por eso, desde el centro no hacen juicios de valor, trabajan con personas de todas las edades y ayudan a recomponer las vidas de las personas. "A nosotros acude gente que lleva toda la vida trabajando y se ha quedado en paro, madres cuyos hijos se han suicidado o personas con enfermedades crónicas. Todo eso son duelos porque implican la pérdida de algo que antes se tenía, además, estas situaciones también conducen a la soledad", apunta Marisa Banda. A la hora de trabajar con estas personas, tienen claro -y lo demuestran- que ellos son los protagonistas, el voluntario es sólo el espejo en el que reflejarse y través del que poner nombre a los sentimientos.

Todo esto se aborda, además, en las jornadas Soledad vs Relación, donde durante dos tardes se le pondrá rostro y nombre a este problema para, después de identificarlo, abordar desde el counselling (asesoramiento) la soledad en enfermos oncológicos, en niños y adolescentes, en mujeres, en pacientes de salud mental y en personas que viven en la calle. Ámbitos de la soledad en los que no se suele pensar cuando se habla de ella.

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