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Vivir en Sevilla

Historias sobre el placer de paladear, no de comer

  • Anécdotas, curiosidades y conocimientos al servicio del lector para fomentar la cultura gastronómica e ilustrar la tertulia en la mesa

La relación entre gastronomía y el nivel de desarrollo de un determinado territorio es ineludible. Definida, según distintos autores, como la vinculación entre comida y cultura en un período concreto, esta disciplina y sus tendencias varían en función de la situación económica del lugar en cuestión. "España ha experimentado una profunda transformación, en términos positivos, desde hace 30 años; eso ha convertido la cocina española en un referente internacional", comenta el periodista José Luis Aguinaga. Hace apenas una semana, este vasco experto en comunicación publicó Manual del buen comensal, un libro en el que plasma su predilección por la comida, la cocina y la escritura. En esta obra, que le llevó año y medio de documentación para contrastar los hechos y evitar los bulos, se pueden leer un sinfín de curiosidades y anécdotas sobre "historias de la cultura de la gastronomía", como él mismo ha definido al recién estrenado ejemplar.

El propósito de Aguinaga es que el lector conozca la procedencia de ciertos hábitos a la hora de comer, el origen gastronómico de infinidad de expresiones... y se despierte en él su pasión por saber más acerca de la cultura que rodea la mesa. Las raíces de la denominación baño maría, la existencia de un pescado sin espinas que se vendía en Sevilla o la posibilidad de desgustar el esperma del atún son algunas de las singularidades que recoge este libro. Además, se narra de una manera fácil de entender. Expone sólo los datos imprescindibles para comprender las historias y sus significados, y dando mayor importancia al conocimiento de acontecimientos peculiares que han marcado nuestras normas de protocolo y nuestras recetas.

José Luis Aguinaga defiende la gastronomía como un placer que implica paladear, no comer. Esto último sería un acto mecánico sin más importancia que la supervivencia. Asimismo, el periodista resalta que es una buena manera de conocer gente y aprender de los demás. Del mismo modo, Aguinaga considera que la comida suele ser un deleite consustancial al ser humano y afirma: "Los vascos, por ejemplo, nos sentamos a la mesa y hablamos de lo que estamos comiendo, de lo que comimos y de lo que vamos a comer".

Por otra parte, se muestra preocupado por el progreso de la obesidad y el papel de las comidas prefabricadas. "Estamos creando niños obesos que tampoco hacen deporte, y eso significa comprometer a generaciones futuras". Una situación que considera vital y espera que se solvente.

Manual del buen comensal se presenta como una interesante apuesta por convertir al lector en un gran anfitrión, que pueda hacer disfrutar a sus invitados con una deliciosa comida y, a la vez, aporte a la conversación interesantes curiosidades y conocimientos gastronómicos.

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