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Vivir en Sevilla

Pasión por la luz y el pincel

  • Diferentes acuarelistas retrataron ayer rincones del centro

Centro de Sevilla, diez de la mañana. "¡Ponle más azul a ese cielo!", comenta un señor a una chica. Un par de segundos y no es difícil descubrir que, entre la Plaza Nueva y la Plaza San Francisco, decenas de artistas están retratando diferentes rincones de estos dos lugares. El motivo de reunión es la celebración del Día Internacional de la Acuarela, organizado por la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía.

"Esta técnica es un mundo aparte, no tiene nada que ver con el resto. Es una auténtica filosofía, pero que engancha muchísimo", comenta mientras pinta Concha Gaviño, de 38 años, licenciada en Bellas Artes y con 150 esbozos a sus espaldas. "Adoro la acuarela porque me permite mostrar la luz", añade.

Mientras tanto, la gente pasea alrededor del Ayuntamiento, mirando con curiosidad los aficionados en su parsimonia artística. Se acercan progresivamente más viandantes conforme se va alargando la mañana. Observan pero sin hablar mucho, para no molestar a los creadores. "Me encantaría pintar así. Visto así parece sencillo, pero no debe de serlo", afirma Rosa, de 43 años, acompañada por su marido.

Todos los pintores tienen la misma pasión, pero no la misma veteranía. José Ignacio Velasco, arquitecto técnico, lleva más de 15 años empleando el pincel húmedo: "Lo más difícil es el control de la proporción de agua y los pigmentos. Es necesario tener muchos años de experiencia". "Lo que más me gusta es la naturalidad, la transparencia y los fundidos que marcan la belleza de una pieza", precisa Velasco. Para él, citas como las de hoy le motivan particularmente porque tiene predilección por el contexto urbano: "Deformación profesional", confiesa.

No es nada difícil, buscando con algo de paciencia, ver algún artista posicionado en alguna de las dos plazas. El día está soleado y acompaña perfectamente, sobre todo para una inevitable presencia de azules en la parte superior de las pinturas.

Para Fernando Arteaga, de 52 años: "Tener contacto con la naturaleza, con el aire libre, es lo que más aprecio de la acuarela. Esto se refleja en las obras, porque predomina la belleza de lo claro, de lo blanco".

Es curioso, todos los protagonistas indican hacia un mismo hombre. Se trata de José Luis Fabre, 83 años: es el maestro. Parece no querer dedicarle mucho tiempo a la prensa, prefiere hacerlo a su obra. Aún así, mientras diferentes paseantes lo observan, comenta: "Cuando todavía no tenía dientes, ya estaba haciendo esto".

La Asociación de Acuarelistas de Andalucía promueve cursos, conferencias, salidas, exposiciones, premios, concursos y otras actividades. Para más información consúltese la página web www.acuarelistasdeandalucia.es.

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