Sin duda, éste es el año de José Manuel Soto. Pocas horas después de su multitudinario concierto con el que celebraba sus 25 años en los escenarios y de su simbólica salida a hombros por la Puerta del Príncipe, el Club de Leones de Sevilla, en un acto celebrado en Robles Aljarafe, le concedió el Premio Corazón de León, con el que le reconoce su intensa labor solidaria a lo largo de su carrera. El premio, una escultura realizada por Antonino Parrilla, autor del busto de Rafael Álvarez Colunga, lo conceden los leones de Sevilla a quienes demuestran su solidaridad y amor a los demás. Y en esto Soto goza de un amplio currículum. Ha colaborado, entre otras muchas entidades benéficas, con Autismo Sevilla, Asociación Síndrome de Down, Nuevo Futuro, AECC, Tierra de Hombres, Cáritas de Sevilla, Fundación para el Desarrollo de Terapias Ecuestres, Manos Unidas, Casa del Actor, Padre Leonardo, Andex, Fundación Andaluza de Cardiología, Fundación Leucemia y Linfoma, Unicef, Banco de Alimentos de Sevilla o el propio Club de Leones.

Pero él se quita importancia: "siempre me ha costado mucho decir que no", explica. A su juicio, la solidaridad es "una cosa muy sencilla y recíproca, cuando la das, la recibes. Sevilla es una ciudad generosa, aunque a veces desconcierta", matiza.

El homenaje de los leones ha resuelto una de las dudas que más le atormentaban: saber si estaba haciendo lo suficiente por los demás. Y, a sus 50 años, empieza a sentirse en paz consigo mismo.