La Sevilla más solidaria ha abierto las puertas de sus casas a un total de 200 niños que han llegado a la provincia para disfrutar de unas Vacaciones en Paz. Con ilusión, extrañeza para aquellos jóvenes que se estrenan en esta aventura en 2022 y, sobre todo, bastante cansancio, han llegado este lunes al aeropuerto de San Pablo unos doscientos niños procedentes de los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia), donde les esperaban con "emoción" sus familias de acogida tras dos años suspendido por la pandemia de Covid.

Los menores, que fueron recibidos con banderas del Sáhara Occidental, globos y cánticos a favor de la libertad de esta tierra, realizarán durante su estancia en Sevilla actividades que les permitan conocer la cultura española y establecer vínculos con su familia de acogida.

Durante su aventura estival en diferentes ciudades y pueblos del sur de España se les realizará una revisión médica rutinaria y contarán con la colaboración de ONGs que permitirán su tratamiento.

El proyecto ha comenzado este año con retraso por cuestiones burocráticas. "La campaña se ha retomado en el mes de marzo, normalmente se retoma cuando se van los niños en septiembre", ha declarado el responsable de la asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui en Sevilla, Antonio Martínez.

Las vacaciones para estos menores comenzó hace más de 40 años y son muchas las familias que repiten en esta edición. "Recibimos de los niños más de lo que les damos, es una experiencia muy bonita", señaló ayer a EFE Juan José, uno de los padres de acogida que han recibido a los menores en el aeropuerto de Sevilla.

Las familias vivieron el encuentro "con mucha emoción y muchas ganas", según apuntó Isabel María López, quien forma parte de la asociación como familia de acogida en Badajoz.

La llegada de los niños de los campamentos saharauis, prevista a las 6:30 horas, se alargó hasta la una de la tarde debido al retraso del vuelo y a la revisión de los visados de los menores, aunque esto no restó emoción a las familias de acogida.

Los niños fueron saliendo en pequeños grupos de la terminal para encontrarse con su familia de acogida, algunas de ellas ya les resultaban conocidas puesto que repetían experiencia. Además pudieron escucharse gritos de "Sáhara libertad" por parte de los asistentes.

Esta situación resulta novedosa para los niños, quienes están acostumbrados a vivir en jaimas en el desierto. En España tendrán la oportunidad de visitar el mar y refugiarse de los 50 grados que se alcanzan en la zona africana, según explicó Antonio Martínez.