"A mí me gusta el belén clásico, el de toda la vida, pero a mi hijo le ha gustado el que tiene las figuritas de Playmobil, ¿qué le vamos a hacer?". Renovarse o morir, con resignación a la par que con entusiasmo María Luisa atendía a la petición de su hijo, Marcos, a la hora de comprar un nuevo nacimiento para su casa. Atractivo, especialmente para los pequeños de la casa, el enorme belén de los conocidos juguetes atrae la mirada de cuantos pasean estos días por los alrededores de la Catedral y se topan con la Feria de los Belenes.
"Hace dos días, aún estábamos en manga corta y, ahora, ya tenemos la Navidad hasta en la sopa; es lo que toca, pero lo cierto es que cuesta trabajo creer que estamos en estas fechas. Así es Sevilla, ciudad de extremos", detalló uno de los viandantes que se detuvo frente a uno de los expositores. Y de contrastes se puede hablar largo y tendido en esta feria, que alberga todo tipo de figuritas y atrezzo para que el portal de belén cada año pueda actualizarse.
Desde los más clásicos belenes napolitanos (con auténticas piezas de coleccionista), a los que están ambientados en Andalucía, hasta los más sofisticados y modernos, todo se encuentra aquí. Los precios, también se ajustan a a cada bolsillo. Pero la principal diferencia respecto a la compra en una gran superficie es lo artesanal de las piezas y el entusiasmo de quienes las venden. Y ya son 24 años.
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