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La ciencia en Sevilla tiene cantera

  • Alumnos del Instituto Bécquer ganan la Feria de las Ciencias con un proyecto sobre desarrollo sostenible

Mucho se habla de los denominados millenials. De un tiempo a esta parte, los nacidos a finales de los noventa y principios de los 2000 se han convertido en los protagonistas de las conversaciones de las generaciones predecesoras, siempre para ser criticados. Tomados por vagos, inmaduros, frívolos e incluso incultos, muchos son los que están dispuestos a cerrarle la boca a los que los juzgan sin haberles dado la oportunidad de demostrar lo que son capaces de hacer. Un ejemplo son los alumnos del Instituto Gustavo Adolfo Bécquer (Triana), que ganaron el pasado mayo el primer premio de la Feria de las Ciencias de Sevilla en su decimoquinta edición.

Capitaneados por Manuel Jiménez Márquez, profesor de Geología y Biología del centro, los alumnos debían presentar un proyecto relacionado con el cambio climático y el desarrollo sostenible. Aunque no entraba en sus planes desde el primer momento. Tras varios años sin participar en la Feria de las Ciencias, fue una alumna la que instó a Jiménez Márquez a participar. "Teníamos que ponernos las pilas para presentar un proyecto digno; nada de plantearnos la victoria porque era algo muy complicado", señala el docente. Así, Jiménez reunió a sus alumnos de 1º de Bachillerato, a varios estudiantes de 4º de ESO que habían demostrado altas cualidades y a algunos alumnos de 3º de ESO a los que quería enseñar lo divertida que puede llegar a ser la ciencia y se puso manos a la obra.

Los alumnos empezaron a desarrollar unos quince experimentos que, aplicados a la vida real, trabajasen por un desarrollo sostenible. Aunque divididos en grupos para agilizar el proceso, entre ellos se produjo una sinergia gracias a la que, no sólo desarrollaron sus conocimientos científicos, sino que también se acostumbraron a trabajar en equipo, a ser resolutivos y a aprender de los demás. Al final, todos se sabían a la perfección los quince experimentos, hubieran participado en mayor o menor medida en ellos.

La metodología de trabajo les allanó el camino a la hora de presentar el proyecto. "Cuando te sabes algo de verdad, porque lo has realizado tú, es mucho más fácil defenderlo", apunta una alumna. Por eso, durante los tres días que estuvieron en la Feria de las Ciencias fueron capaces de presentar sus experimentos un público muy heterogéneo. Alumnos de infantil, jóvenes de su edad de otros centros, estudiantes de Ingeniería y los propios miembros del jurado que, de incógnito, pasaron por sus expositores para comtemplar sus proyectos. Con un discurso adaptado a cada espectador, los alumnos del Bécquer defendieron su proyecto incluso en inglés y hasta enamoraron con una de sus propuestas a unos estudiantes de Arquitectura.

Enmarcados dentro del proyecto Arquitectura Bioclimática y Desarrollo Sostenible, entre los experimentos más destacados hay que reseñar su árbol solar. A través de él, los estudiantes buscaban una forma estética de aprovechar la luz solar para luego cargar dispositivos móviles y tablets. Un aparato muy útil para montañeros y excursionistas puesto que, además de recargar baterías, almacena la energía para un uso posterior. Una casa ecológica, cuyo sistema de calefacción se conseguía con energía geotérmica; un coche capaz de funcionar gracias al hidrógeno o un sistema de agricultura ecológica fueron otros de los experimentos integrados dentro de su proyecto y gracias a los cuales resultaron vencedores.

Meticuloso trabajo el realizado por estos alumnos que, capaces de renunciar a su tiempo libre, al recreo y a tomar un refresco tras una tarde de estudio, tenían claro que para obtener recompensa debían invertir muchos esfuerzos. El premio a su dedicación, innovación, capacidades y conocimientos no sólo se materializa en el galardón recibido en la Feria de las Ciencias, también han quedado subcampeones en los Premios Endesa a la Ecoinnovación Educativa y están a la espera de saber los resultados de su participación en el concurso Acción Magistral. Todo sastisfacciones con este proyecto, uno de los alumnos, Miguel Valle Prada, ha resultado vencedor del concurso Ciencia en 100 segundos, organizado por RTVA y la Sociedad Andaluza de Divulgación Científica. A través de un vídeo, grabado y editado por el propio Valle Prado, debía explicarse el proyecto en su conjunto de la forma más simplificada. Además, desde Fablab, un taller de fabricación digital de la Escuela de Arquitectura de Sevilla, han invitado a los alumnos a participar en Solar Decathlon de Europa con su proyecto.

Motivados, realizados, con confianza en sí mismos y dispuestos a romper los absurdos mitos de los millenials, estos alumnos del Instituto Bécquer no sólo se van de vacaciones con los deberes bien hechos, sino que esperan que el verano les sirva de inspiración para su proyecto del próximo curso.

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