El caos social reflejado en una obra inspirada en el Grito de Munch y el amor a la vida a través de un particular Beso de Klimt. Ilde Mar Donaire representa en sus creaciones pictóricas sus pensamientos, sus sentimientos, tomando como referentes a los grandes maestros de la historia de la pintura que tanto han marcado su camino en el arte. La fantasía, el color y su esencia -pues refleja en ellos sus estados de ánimo y sensaciones; en algunos se autorretrata- están presentes en sus cuadros, donde lo femenino predomina y la figura de la mujer es el leitmotiv. Hasta finales de abril, en Barajas 20 Tapas, pueden observarse una serie de óleos y acrílicos sobre lienzo de Donaire, donde no falta, entre sus particulares homenajes, Frida Kahlo.

Desde Van Gogh a una reinterpretación del cubismo, muchos son los estilos que adapta esta sevillana de nacimiento que echó raíces en Valverde del Camino (Huelva), donde tiene su estudio. Tras estudiar Publicidad en la Universidad de Sevilla, se volcó en la pintura. Ésta es su cuarta exposición individual en Sevilla y la octava, desde 2008, de su trayectoria.

En la obra de Ilde Mar Donaire conviven tres características latentes: "El éxtasis pictórico y la belleza universal, por un lado, -que toma de sus referentes (Vang Gogh, Picasso, los fauvistas, entre otros)-; y, por otra parte, mi yo. Toda mi obra es una prolongación de mi personalidad, de mi vida en todos los aspectos. Por ello pienso que pinto tantas mujeres; es un reflejo constante de mis estados emocionales, pero buscando ese imaginario colectivo que nos une a todos".

En 2006, quedó en paro y no tardó en subirse al "trampolín del caballete" con sus pinceles. En 2008, entró en el mercado del arte y, desde ese momento, su obra salió de Andalucía para llegar a participar en exposiciones colectivas en Quito (Ecuador), entre otras ciudades de Sudamérica. "Cuando empecé a pintar, la frase que más escuché y escucho es: Es de locos. Yo me río porque para mí es de locos no vivir en el arte, no sentirlo, no disfrutarlo... Soy una enamorada del arte".

"De libertad creativa y expresiva" cataloga su obra, que ciertamente es a la vez figurativa y abstracta, de diferentes estilos, objetiva y subjetiva.

En estos momentos, se encuentra imbuida en una investigación que compagina sus dos pasiones: la publicidad y la pintura. "Con mis estudios de Publicidad siempre en mi cabeza y con todo el mundo del arte anexado a mí quiero fusionar ambos campos. Y en ese punto de investigación me encuentro", detalla la artista.

Las creaciones de la pintora nacieron tras el estudio profundo de cada uno de sus "maestros", en los que se inspira para adaptarlos a su propio estilo. Hay mucho de ella en el Beso de Klimt y en el Grito de Much, "es un autorretrato muy personal".