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Cómo ligar en la era del 'like'

  • Las aplicaciones y las redes sociales facilitan las relaciones amorosas entre los jóvenes, aunque hay que ser precavidos

  • Instagram, Tinder o Grindr son algunas de las más comunes

Cómo ligar en la era del 'like'

Cómo ligar en la era del 'like'

Primer paso: revisar bien su perfil. Si pasa el examen es hora de dar el siguiente: hacerse notar; doble click y like a sus últimas fotos, pero cuidado, no hay que pasarse, corre el riesgo de parecer pesado/a. Ahora toca esperar. Si la otra persona responde igual, puede que la cosa pinte bien. Siguiente paso: hacer click en seguir. Si él/ella también lo hace ha conseguido el primer logro. Siguiente: mensaje directo: "Hola guapo/a (que no falten los halagos), ¿qué tal?". Y así comienza una interacción que puede acabar en amor, amistad o simplemente en un par de conversaciones. Ésta es una de las tácticas para ligar cada vez más común entre los jóvenes que usan Instagram, la red social que además de permitir compartir fotos con el mundo entero hace las veces de celestina.

Celia, 23 años, y Alberto, 24, se conocieron más o menos así. "Hacía tiempo que yo seguía en Instagram al grupo de baile Alto Voltaje Crew. Un día estuve bicheando la cuenta del grupo, y lo vi a él en algunas fotos y vídeos. Me dio un impulso y le pedí una solicitud de seguimiento, sin conocerlo de nada. Algo me decía que este chico era especial y que tenía que hacerlo. Al cabo de unas horas aceptó la petición y él también me siguió", relata Celia. "Me topé con un vídeo en el que salía él tocando a piano la canción Nuvole Bianche de Ludovico, que me dejó sin palabras, le mandé un mensaje felicitándolo y dándole la enhorabuena por su talento. Un rato después me contestó dándome las gracias y me dijo que había visto en mis fotos que bailaba ballet con una chica que él también conoce. Seguimos hablando desde esa misma noche. Se puede decir que desde el principio todo fue un poco mágico". Después de la primera cita vinieron más, y poco a poco surgió el amor.

Si Celia y Alberto no hubieran coincidido por Instagram quizá no se habrían llegado a conocer. Lo cierto es que la revolución de internet y las nuevas tecnologías han marcado un antes y un después a la hora de conocer gente y flirtear entre los jóvenes. Parece que eso de ligar cara a cara ha pasado de moda. Acercarse a alguien en un pub o en una discoteca es una práctica en peligro de extinción o más bien en evolución. Según Pedro, 24 años, "las aplicaciones de ligoteo son la barra de un bar de la segunda década del siglo XXI. Antes te gustaba alguien y te acercabas para hablar, ahora eso mismo puedes hacerlo desde el sofá de casa". La táctica sólo ha cambiado un poquito, en vez de invitarle a una copa le obsequias con unos cuantos likes.

En 2006 ya surgieron algunas webs que tenían como fin conocer gente nueva a través de internet, como Badoo. Sin embargo, en 2012 una aplicación móvil dio otra vuelta de tuerca a esta clásica práctica. Con más de 50 millones de descargas, Tinder es una herramienta efectiva para conocer gente nueva. Utilizarlo es bastante sencillo, basta con registrarse, meter unos cuantos datos y subir unas cuantas fotos personales. Al instante tiene a su disposición todo un catálogo de chicos y chicas con los que poder ser compatible. Si alguien le gusta, basta con deslizar el dedo a la derecha, si cree que es mejor pasar deslice hacia la izquierda. Cuando usted también le gusta a alguien ¡eso es un match! Ya puedes empezar a chatear.

Pedro, 24, y Pablo, 24, se conocieron a través de esta aplicación. "Coincidimos en el like y al instante empezamos a hablar. Hablamos unas seis frases y decidimos quedar, además coincidió en la Feria de Málaga", cuenta Pedro. Según sus palabras, entre ellos hubo feeling desde aquel mismo día. "Nos tomamos una cerveza y estuvimos hablando de todo: de literatura, de nuestros gustos, viajes y la verdad es que congeniamos muy bien". Desde entonces llevan 10 meses juntos.

Aunque es obvio que no todas las historias acaban bien. Adriana, 23, confiesa que sus dos citas fueron un desastre. "Con el primer chico que quedé fue un verdadero fracaso. Nos conocimos por Tinder. Tras algunas conversaciones decidimos tener una cita cara a cara. Pensé que era mejor llevar carabina, no me fiaba demasiado, así que él se llevó a un amigo y yo a dos", recuerda la chica. "Menos mal que vinieron mis amigas, porque fue una decepción. Al final nos acabó gustando más el amigo que él", se ríe. "La segunda vez que quedé con otro chico fue para desayunar. Todo iba bien hasta que me di cuenta que sólo hablaba de él. Yo intentaba sacar algún tema de conversación en común pero no hubo manera. Recuerdo que me enseñó un cuadro que había comprado sobre la mitología griega y pensé que sería un buen tema de conversación porque a mí me encanta, pero me cortó diciendo que sólo le había gustado el cuadro y no le interesaba el tema. Fue bastante egocéntrico y poco empático", rememora.

La variedad de apps para este fin -conocer gente y lo que surja- es cada vez más amplia, además también hay exclusivas para homosexuales, como Grindr, Wapo, Wapa... que funcionan de una manera similar a Tinder, incluso rastreando la distancia a la que se encuentra uno del otro.

Esteban, 23, que reconoce haber usado en más de una ocasión alguna aplicación, se queja de la frivolidad de algunos chicos con los que interactúa. "A primera vista qué menos que hablar con un chico que tenga educación y conteste a tu saludo de buen agrado, y no recibas como respuesta pasa foto de cuerpo primero, ¿qué saludo es ese?, ¿adónde lleva eso? Pues a que pienses que sólo quiere lo que quiere...", manifiesta. "Además, estas apps son muy superficiales. Aquí la mayoría de las fotos de perfil son de torsos fuertes de gym o que hacen deporte, siempre buscando a chicos deportistas con buen físico", explica.

Conocer gente a través de las redes sociales tiene sus pros y sus contras. Superar la vergüenza es mucho más fácil si se habla tras la pantalla, además mantener una conversación a cualquier hora del día es más factible teniendo en cuenta que la sociedad vive prácticamente pegada al móvil. Sin embargo, engañar y ser engañados acerca de algún aspecto personal resulta igual de sencillo. Hay que andarse con cuidado y no fiarse de cualquiera que vaya regalando likes.

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