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La medicina vista con las gafas del humor

  • Fernando Fabiani, médico y director de Síndrome Clown, acaba de publicar 'Vengo sin cita', un libro sanitario en clave cómica

El mundo de la medicina ha sido protagonista de series, películas y libros prácticamente desde que se descubriera la penicilina. Siempre con tintes macabros y escatológicos, la sanidad como tema recurrente destacaba lo crudo de algunas enfermedades, las inseguridades de los pacientes y los líos de faldas entre médicos y enfermeros. Demasiado manido a estas alturas del diagnóstico. Como contrapunto a esta forma de tratar la medicina en el mundo de la ficción llega a las librerías Vengo sin cinta, un libro del sevillano Fernando Fabiani que habla con humor del mundo de la medicina y todo lo que rodea a éste.

Médico de familia desde hace más de quince años, Fabiani está acostumbrado a ver todo tipo de situaciones en su consulta. Tras varios años siendo un mero observador de éstas, decidió que había llegado el momento de utilizar el humor para hablar de sanidad. Dedicado al teatro, es el director de la compañía Síndrome Clown, supo que había llegado el momento de reunir historias y anécdotas de la vida de un médico de familia pero con un hilo conductor. Teodoro Jarcia, personaje principal del libro, es el que cuenta en primera persona las vivencias de un médico de familia que, antes de tener su bata blanca, tuvo que pasar por una larga carrera.

Huyendo del clásico anecdotario que divierte a los del gremio pero aburre a los pacientes, Fabiani utiliza el humor como vehículo para dar a conocer el camino de un médico de familia desde que decide serlo hasta que lo es. Habla de la carrera, del MIR y de las primeras guardias. Una parte un poco más autobiográfica en la que muchos sanitarios se ven identificados y en la que aprovecha para criticar de manera ácida algunos aspectos. Pero no es un libro para el personal sanitario por lo que, aunque se hable de anestesia y bisturí, el paciente es en realidad el que ocupa gran parte del libro.

Desde un punto de vista bastante cómico, Fabiani plantea situaciones cotidianas en la vida de los pacientes. Desde cómo explican en la consulta la gravedad de su dolor, pasando por las eternas preguntas sobre dietas milagro, hasta cómo se clasifican los pacientes según su actitud en una sala de espera. De forma muy divertida, Fabiani muestra al lector diversas actitudes con las que seguro se va a sentir identificado. El autor ofrece una visión tierna del paciente que, al final, sólo hace lo que cree mejor y como lo cree mejor. En referencia al paciente, también incluye comentarios de @dijoelpaciente, que dinamizan la lectura y hacen que el lector empatice.

Con un prólogo, que no sólo invita a leer el libro, sino a ir a conocer al médico de familia de cada uno, de Manu Sánchez, Vengo sin cita presenta ilustraciones de Laura Santolaya. Éstas muestran al lector lo desenfadado del libro.

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