En pleno casco antiguo, junto a Feria y San Juan de la Palma, también late la Sevilla cosmopolita, que ayer se dio cita en la inauguración de Wabisabi Shop&Gallery, y en cuyo interior se podía sentir como en uno de esos locales de metrópolis europeas o norteamericanas donde no se hacen distingos entre lo antiguo y lo nuevo.
"Es un espacio que permite una mirada no convencional hacia el arte, la vida y las cosas", comenta Cristina Galeote, artista gráfica y una de las dos responsables del local. Su compañera, la diseñadora e interiorista María López, añade: "Da igual que sea una fotografía, un sofá viejo, una camiseta, una pintura, una mesa, un libro, una moto, un mueble, una prenda o una escultura: cualquier objeto puede elevarse a la categoría de arte".
Su finalidad es dar promoción a todo arte dinámico, inusual y vanguardista: "Pretendemos que el lugar sea acogedor, no la típica galería", apunta Cristina. Su socia diseñadora aclara que el visitante debe sentirse a gusto y si hay algo que le apetece llevarse, puede comprarlo porque todo está a la venta: "Wabisabi necesita renovarse constantemente, por eso estamos constantemente viendo objetos y modas. Mientras, evolucionamos y educamos nuestra propia vista y gusto estético". Según las dos promotoras de la galería, hasta ahora no había en Sevilla un shop and gallery tan global, dado que tratan artistas españoles y extranjeros en disciplinas diferentes: Juan Fernández Lacomba, Alejandro Botubol, Sandra Carvalho, Sergio Cruz, Franscisco Buenavida, Menchu Lamas, Ismael Lagares, Cristina Martos, Felipe Ortega y Pedro Castrortega, entre otros.
En lugares como éstos se busca el arte por el arte, de modo que la decoración, la música, los muebles y los vídeos, por ejemplo, son materia prima de esta expresión contemporánea: "Todo lo elegimos personalmente y cuidadosamente", añade María.
Abundan las opiniones positivas entre los primeros visitantes: "Aconsejaría esta galería porque en ella se pueden encontrar piezas muy frescas, juveniles, con personalidad, muy contemporáneas. El objeto artístico no se reduce a un producto bidimensional", asegura María del Mar Bernal, profesora de Bellas Artes. Miryam Rodríguez comenta: "Wabisabi es diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Es una buena opción para ver arte vanguardista. Estas iniciativas modernizan Sevilla".
Para María López, hay que buscar alternativas a las cosas producidas en serie. Un objeto, si tiene un fallo, cobra originalidad, personalidad. No es casual que el nombre del sitio proceda del japonés y signifique "la belleza de lo imperfecto".
Hay quien pinta sobre cuadros. Hay quien vende muebles. Lo atrevido está en que un artista pinte sobre un mueble y lo convierta en una obra original, única, exclusiva. En definitiva, una obra wabisabi.
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