¿Cómo llegó a interesarse por Andalucía y sus fiestas siendo de Francia?
Durante cuatro años viví en Sevilla y ahí encontré muchos sevillanos que me explicaron las costumbres de la ciudad: Tapear, comer de pie, tener frío cuando hace 15 grados..., tomar un tinto o una cañita en la Alameda o en Salvador, ir a las playas de Huelva y Cádiz, los carnavales con sus chirigotas... Bueno y así podría seguir horas enumerando todo lo que mis amigos sevillanos me enseñaron. Pero lo que más me gustó es la Feria de abril. Me quedé impresionada por todo lo que representa. Lo veo como un homenaje a las costumbres andaluces y españolas.
Nosotros en París, y en toda Francia, estamos aboliendo las costumbres nuestras porque hay mucha diversidad. Consideran que tenemos que integrarnos todos y por eso ya no quieren que haya una costumbre fuerte en el país. Lo veo algo muy triste... Por eso, cuando descubrí la feria por primera vez ni siquiera lo podía creer, se me pusieron los vellos de punta y admiré durante los siete días enteros esa maravilla. Las casetas y sus colores, los farolillos, las luces, el buen vino, ese rebujito, los caballos y coches caballos, la música, los que cantan por la calles, los que tocan la caja, los espartos llenos de albero, los buñuelos, y sobre todo las mujeres vestidas de flamenca. ¡No vi una mujer que no fuera hermosa! ¡Esos trajes son mágicos! Enseguida una amiga me prestó uno de sus trajes, y así me sentí yo también una flamenca que podía girar sus volantes bailando por sevillanas.
Desde entonces, durante los años que estuve a Sevilla fui a la feria con trajes que me prestaban mis amigas y al final, yo también me compré unos. Uno de mis primeros trajes fue de la diseñadora Aurora Gaviño. Cuando volví a Francia siempre intenté coger mis vacaciones durante el periodo de la feria, porque no podía perdérmela. Ya formaba parte de mi vida y mi corazón.
Tenemos entendido que toda su vida ha trabajado en torno al mundo de la moda, cuéntenos, ¿de qué trataba su trabajo y a qué se dedica actualmente?
Empecé a trabajar en Acne Studios, una firma sueca de lujo que me encanta. Es un estilo muy depurado y muy particular. Estuve cinco años en esa empresa que tiene sede en Estocolmo pero una oficina principal en París. Y después cambié por entrar en Lanvin, una firma parisina muy antigua, tiene 125 años de historia, que es equivalente a Chanel. Mi papel es organizar las Fashion Week en París, Milan, New-York, Londres, Estocolmo y Dusseldorf. Me encargo de los showroom y las pasarelas. Cada detalle es importante. El casting de las modelos, el resto del equipo, las luces, música, flores, catering y muchas cosas mas... ¡parece que nunca acaba!. Por otro lado me encargo de organizar los eventos de la firma, tal como la fiesta de primavera con la prensa y las aperturas de las tiendas alrededor del mundo.
Ahora, le di un vuelco a mi vida para dedicarme a lo que es mi pasión: La moda flamenca. Decidí dejar Lanvin y lanzarme. Quiero intentarlo, quiero que mis trajes se vean por la feria, quiero vivir de mi sueño porque creo que cuando algo se hace con el alma y el corazón, sólo sacas lo mejor de ti. Mis eneríias son positivas porque amo y admiro el arte flamenco.
¿Qué formación recibió para llegar a ser diseñadora de moda flamenca estando en Francia?
Trabajé con esas firmas y estaba en contacto cada instante con los diseñadores Johnny Johannsson de Acne Studios y Alber Elbaz de Lanvin. Estudiaba todas sus colecciones para entender en qué se inspiraban, su estilo, y lo que querían trasmitir. Así que mi ojo se agudizó.Siempre me gustó coser y el patronaje, me hacía yo mis trajes, mis vestidos, etc. Pero no era suficiente, así que entré en una escuela de moda parisina, Formamod, para aprender a fondo. Muchos diseñadores como Balmain, Dior, Chanel, Lanvin, toman inspiración en la moda flamenca. Es sorprendente cuántas piezas desfilarán este año con un estilo muy flamenco. Por ejemplo la nueva publicidad de Alaia para el nuevo perfume parece una publicidad para un espectáculo flamenco.
¿En qué se inspira a la hora de diseñar trajes de flamenca?
Me inspiro en lo que he vivido y vivo con la moda gracias a mi trabajo y también de lo que veo del mundo de la moda flamenca. Siempre voy a Sevilla para las pasarelas Simof y We love Flamenco y atiendo a otros eventos gracias a Wappíssima y la prensa. Pero cuando diseño necesito mezclar ese arte andaluz con la clase parisina y la moda de hoy en día.
¿Cuáles son sus firmas favoritas de moda flamenca?
¡Qué pregunta mas difícil! Una firma como Lina para mí es un emblema de la moda flamenca. Aurora Gavino otra, Andrew Pocrid nos propuso unos trajes espectaculares... O Cristina Garcia también.
¿Qué es lo esencial a la hora de diseñar un traje de flamenca? ¿Qué no debe faltar nunca?
Cuando se diseña un traje flamenca hay que vivirlo. Me imagino que la mujer que lo lleva se debe de sentir única, maravillosa, olvidar todo y solo gozar la vida. Los volantes nunca deben faltar, un traje sin volantes no me lo puedo imaginar, y yo no lo puedo diseñar.
¿Se plantea mostrar sus diseños al público español?
Sí, quiero que el público español pueda ver mis diseños y no sólo eso, quiero que los lleven y los luzcan en El Real. Quiero presentar mi colección en 2017 durante las pasarelas flamencas. Espero que os guste a todos.
¿Tiene portal en internet o página en redes sociales donde poder ver imágenes de sus diseños?
Sí, mi firma se llama Atelier 109, y acabo de abrir una pagina Facebook y una pagina Instagram. Mi pagina Facebook es www.facebook.com/alexgastaut y mi cuenta en Instagram: @atelier109paris. No publiqué aún mucho contenido porque los diseños en los que estoy trabajando y que quiero presentar en las pasarelas de 2017 no los puedo todavía publicar. Tienen que quedarse en secreto.
Y por último, ¿Qué percepción se tiene del flamenco, la feria y la moda flamenca en su país?
En París hay diferentes asociaciones españolas y de flamenco ya que hay una comunidad muy grandes de españoles. A los parisinos les encanta bailar flamenco. Lo ven como un arte sensual y muchas academias de danza lo proponen, las clases están siempre llenas. Hay también una tienda pequeñita en el barrio parisino Marais que vende zapatos y trajes flamencos, Menques. La feria sólo los que la han vivido y la conocen la pueden entender. Tal como lo expliqué antes, para nosotros la magia de la feria es otra dimensión que nunca hemos sentido antes.
Aquí tenemos a Alexandra trabajando en su taller en París.
Laura Liñán
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