Cree el extranjero que en Sevilla las mujeres siempre van con una flor en la cabeza y un mantón sobre los hombros. O sólo han visto fotos de la Feria o su primera parada en la ciudad ha sido la plaza Peñaflor, en Triana. Allí, entre columpios, una frutería y un establecimiento en el que todavía se vende la prensa diaria, se encuentra un pequeño local cuyas dependientas despachan con gracia y salero, ataviadas con todos los avíos de Feria, a las trianeras que se acercan a por su flor de flamenca. Coqueto y lleno de color, este establecimiento tiene por nombre Concha Vega y es uno de los lugares de referencia flamenca en el arrabal. Regentada por Concha Vega (por quien lleva ese nombre), esta tienda lleva catorce años abierta. Vega, que estudió Pedagogía, pronto descubrió su pasión por la elaboración bisutería y los arreglos florales. Poco a poco, su inquieta cabeza fue gestando la idea de abrir una tienda en la que poder desarrollar su pasión. Se centró en todo lo relacionado con el mundo flamenco y los tocados para boda y así nació Concha Vega, aunque con la producción propia de complementos de Feria lleva siete años.

Con colecciones clásicas en sus expositores, la auténtica seña de identidad de esta tienda es la creación propia y la personalización del producto. Su propietaria idea diferentes modelos y la clienta los personaliza en base a sus gustos y colores del vestido. "Nosotros elaboramos todo de forma artesanal, desde los pendientes y los peinecillos, hasta los broches y anillos. Eso hace que los modelos que las clientas se llevan sean exclusivos. Además, nuestros complementos tienen un sello propio, unas piedrecitas de colores (a elegir por la clienta) que adornan todos los complementos", asegura Concha Vega. Ella, que ha visto cómo las tendencias flamencas han evolucionado con el paso del tiempo, teniendo cada vez más peso los complementos, sabe lo importante que resulta la originalidad y la distinción. La mujeres no sólo buscan que sus accesorios combinen con el traje, ahora quieren que los suyos no se parezcan a los de las demás flamencas que pasean por el Real. Eso lo consiguen en Concha Vega, donde el muestrario de colores y modelos hace prácticamente imposible no dar con los complementos idóneos.

Si hay una conocida casa de juguetes que al llegar la Navidad recuerda que si el juguete en cuestión existe está en su tienda, en Concha Vega ocurre lo mismo pero con los complementos. Aros elaborados con hilo y pequeñas piedras, lágrimas con flecos y flores, peinecillos con piedras de colores y pendientes confeccionados con la técnica soutache, todo está en esta tienda. Aunque su apuesta fuerte son los complementos, también realizan ramilletes sobre la marcha con las flores que tienen en el local y cuentan con una amplia selección de mantoncillos. A la hora de atender a las clientas, Vega y sus cinco compañeras, asesoran a la clienta a la par que hacen las veces de modelos al recibirlas con todos los complementos -a falta del traje de flamenca- colocados sobre ellas.

Con un concepto completamente artesanal y precios económicos, esta tienda es la prueba de que para desarrollar una pasión hay que dejarse la piel y ponerle ganas. Su propietaria, que asegura haber hecho muchos sacrificios para llegar donde está, vive las últimas semanas por y para su comercio. "Las vísperas de Feria son muy intensas, casi no se descansa. Además, cuando acabo aquí y me voy a casa sigo fabricando accesorios, aunque durante el día los elabora una compañera en el taller", asegura.

Pero no sólo se respira Feria en este rincón de Peñaflor. Durante todo el año se elaboran tocados y diademas para bodas y venden todo tipo de productos relacionados con la fiesta y las bodas. Todo a precios asequibles.

Más Plaza Peñaflor, 1. www.conchavega.com. Facebook: Concha Vega. Instagram: @conchavega. Horario: de lunes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00

Pilar Larrondo