Mirando al frente versaba el nombre de la colección de esta afincada casa de moda flamenca cuyo objetivo es intentar que dejemos atrás todos los malos momentos vividos. El fin de esta diseñadora a la hora de confeccionar sus trajes de flamenca es dar cada día un paso más en este magnífico mundo de la moda flamenca y lo consigue año tras año. La propuesta introdujo tejidos más fluidos como el crepé de seda, tules y sedas naturales, donde pretendió mostrar unos diseños elegantes pero a la misma vez que fueran cómodos.

Los colores que reinaron fueron llamativos e impresionistas. Tonalidades amarillas, turquesas, marrones que no han sido utilizadas en las anteriores colecciones. No podemos pasar sin mencionar las madroñeras de multicolores, que han sido uno de los puntos importantes de la colección de este 2016. Por otro lado, los complementos son artesanos y las flores en tonos reales, eran hortensias secas, naturales, con olor, o rosas.

El desfile comenzó con cuatro vestidos en crepé de puntos lisos, rigurosos, que se utilizarán para otros eventos no flamencos. Seguido de esta pasó a la mini-colección otoño-romántico, estampados de muchos colores pero a la vez suaves. Intercambió los tonos opuestos como el negro y el blanco con estampados de animal print.

Pero para esta firma los vestidos de flamenca no lo son todo. También quiso dar un toque flamenco sin llegar a vestirse con los habituales vestidos. Propuso al público ponchos, camisas, abrigos, pantalones y vestidos de noche, dándole un toque de pinceladas rocieras entremezcladas con el estilo pastwork.

Por último, los diseños que desfilaron en la pasarela antes del cierre fueron de estampado liso acompañado con mantones de aves que habían sido diseñado en exclusividad. El desfile de Pol Nuñez finalizó con un traje de noche con tejido de inspiración en los tradicionales mantones de manila.

Patricia Jiménez