Arranca la XXIII edición de la pasarela

Volantes clásicos y vanguardistas en el primer día de Simof

Volantes clásicos y vanguardistas en el primer día de Simof

Volantes clásicos y vanguardistas en el primer día de Simof

Dos meses mal contados quedan para que las sevillanas se paseen por el Real ataviadas con sus mejores galas flamencas. Aunque parezca algo lejano, dos meses pasan pronto y hay que ponerse manos a la obra con los volantes y lunares cuanto antes. Como un enorme escaparate para todas esas mujeres llega Simof, el Salón Internacional de Moda Flamenca, que este jueves inauguró su XXIII edición cargada de originales desfiles que sirven de fuente de inspiración para flamencas de todas las raleas. Como novedad, los desfiles de este año se han trasladado al nuevo Auditorio de Fibes.

Como no podía ser de otra forma, la encargada de inaugurar esta edición fue Lina. La maestra de la moda flamenca, que ha cedido su testigo a sus hijas Rocío y Mila Montero, presentó la colección Manifiesto. Compuesta por 38 modelos, la colección buscaba ser un canto al amor y al oficio de la costura artesana, a lo que Lina lleva dedicada toda la vida. En su desfile había mezcla y, sobre todo, esencia.

Los primeros vestidos que las modelos lucieron por la pasarela recordaban a aquellos trajes clásicos de los años sesenta, pero con un aire renovado. Talles altos, lunares básicos, grandes volantes y mantoncillos colocados a ras del escote del traje.

Estos diseños dieron paso a otros de cortes más vanguarditas con flores setenteras, volantes a la sisa en mangas largas, escotes cerrados a la caja, flores desdibujadas y mangas abullonadas. Con una gama cromática que recoge tonos marfil, verde agua, buganvilla, cardenal y naranja, en los diseños de lina desaparecen las grandes flores en la cabeza para dar paso a pequeños ramilletes en recogidos sencillos.

Simof es la pasarela donde los diseñadores se deciden a arriesgar e innovar. Así lo hizo Aldebarán, que llevó a la pasarela una colección rompedora y fuera de todo convencionalismo. De nombre Albebarán 17, la colección muestra la fusión entre lo folk, hippie y boho con una fuerte presencia del tejido vaquero. Con complementos que hacían un guiño al Rocío, los diseños recordaban en ocasiones a los festivales veraniegos y a los bandoleros que antaño rondaban por los campos de Andalucía.

Dispuesto también a arriesgar Sergio Vidal con A mi manera quiso reflejar su propia trayectoria en la colección. En sus trajes se aprecian cortes clásicos y elegantes con talles hasta la rodilla. Vidal apuesta en su colección por las gasas, el raso de seda y el clásico popelín, que combina a la perfección con tonalidades intensa, como el amarillo, el rejo, el naranja y el verde lima. Estos colores, unidos a las voluptuosas mangas en algunos de sus diseños, evocaban a la esencia estilística de la Movida Madrileña. A destacar, su último diseño que simulaba una gabardina negra sobre un traje de flamenca y que causó fervor entre los asistentes cuando la modelo se desabrochó el cinturón dejando paso a un cuerpo lleno de brillos.

Mención especial entre los Diseñadores Noveles de Simof en su pasada edición, Alejandro Santizo llevó a la pasarela la colección Pensamientos míos. En ella, el joven diseñador apostó por diseños ceñidos al traje de la mujer en los que el negro juega con tonalidades fuertes como el rojo. En él también se aprecia una tendencia que pisa fuerte en los últimos tiempos: el escote a la caja y los volantes con volumen. Como sorpresa final, una elegante bata de cola en terciopelo rojo dejó boquiabiertos a los espectadores.

Pero no sólo Santizo recurrió a la bata de cola. Luis Fernández, ganador novel del año pasado, quiso abrir y cerrar su Carmen con dos vestidos de este corte, uno en blanco y otro en negro. Inspirada en Carmen Sevilla, cuya voz hizo de hilo musical, la colección muestra trajes con talles altos, faldas tobilleras al estilo años cincuenta y volantes de capa con un estilo flamenco muy marcado que recuerda a las décadas de los sesenta y setenta.

Esperada por muchos, Pilar Vera hizo una oda A la pintura. Gran exponente de la moda flamenca en todo el mundo -acaba de cumplir 40 años de exitosa carrera-, Pilar Vera rindió homenaje a los pintores costumbristas de la escuela sevillana del siglo XIX, algo que se aprecia a la perfección en sus diseños. Talles muy altos, tonos terrizos y empolvados, faldas con mucha caída y mantones bordados se combinan con escotes profundos y atrevidas asimetrías. Haciendo un guiño a la diseñadora, Raquel Revuelta quiso subir al escenario con uno de sus vestidos.

Continuaron los desfiles Ángeles Copete, que con Sentimiento quiso hacer un homenaje a su tierra de origen: La Puebla de Cazalla. En ella destacan los volantes en el cuerpo, los volúmenes en los bajos de los trajes y los vestidos de nesgas enterizas.

Por su parte, Álex de la Huerta quiso con Apuesta al caballo ganador evocar el estilo de los jinetes, con líneas rectas entrelazadas con volúmenes. Pura vida, de Patricia Bazarot, se inspira en Cuba y refleja a una mujer segura de sí misma. Con modelos bajo una estética cubana, predominaba los sombreros, pendientes y flores tropicales. Por último, Pedro Béjar, que cerró los desfiles de este jueves, quiso remarcar el folklore de la España de los años sesenta con ¡Mira mujé!.

Pilar Larrondo

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