SEVILLA

Un sello único entre lo popular y lo moderno de la mano de The Exvotos

Taller de The Exvotos / Juan Carlos vázquez

La belleza encuentra su lugar en el número 33 de la calle Castellar. La luz de la mañana va colándose, con cierta timidez, por las ventanas de esta casa enclavada en el serpenteante corazón de Sevilla. La quietud del interior contrasta con el bullicio de fuera, ese que indica que la ciudad ha despertado. El secreto que guarda este edificio de blanca fachada –a la vista de todo el que tienen tiempo para fijarse– es el taller de los artistas The Exvotos. Un lugar libre en todos –y para todos– los sentidos. Para imaginar, para crear, para emocionarse y para sentir. Detrás de este dúo están Luciano Galán y Daniel Maldonado, quienes han sabido conjugar la cerámica, la pintura, la escultura y la decoración creando un sello único y propio. La impronta de su arte baila con absoluta naturalidad entre lo popular y la vanguardia, entre Sevilla y sus fronteras, entre la tradición y la modernidad.

Ambos estudiaron disciplinas artísticas. Maldonado se formó en cerámica en la escuela de arte y en la Escuela della Robbia y Galán se especializó en tallado en madera y piedra. "La idea era montar un taller juntos en el que Daniel se dedicara a la pintura y la cerámica y yo a la escultura, pero rápidamente cada uno empezó a meter las manos en lo que hacía el otro y decidimos fusionarnos", recuerda Galán sobre unos inicios que se remontan a 2001.

Normalmente encontrar el rasgo diferenciador –esa marca personal que hace que una obra sea fácilmente reconocible– es la tarea más difícil para un artista, Galán y Maldonado confiesan que este aspecto no supuso ningún dilema debido a "la sinceridad". "Lo que hacemos es lo que nos gusta para nosotros mismos. Todas las piezas que ves, las utilizaríamos en nuestras casas", apunta Maldonado. Si los creadores tuvieran que señalar un talón de Aquiles sería "el darse a conocer" desde Sevilla. "Nosotros vivimos una etapa muy bonita porque empezamos sin smartphones. Hemos conocido el trabajo duro de hablar con unos y con otros y después el nacimiento de las redes sociales, a las que hemos sabido sacar jugo”, recalca Galán. Esas que funcionan como un escaparate digital para unas obras que no conocen fronteras y que ya se encuentran por todo el mundo.

Varias cabezas recipiente de cerámica, en el taller del dúo artístico. Varias cabezas recipiente de cerámica, en el taller del dúo artístico.

Varias cabezas recipiente de cerámica, en el taller del dúo artístico. / Juan Carlos Vázquez

Pero, sin duda, la creación con más éxito son las cabezas recipiente de cerámica. "Se han vendido solas, porque tienen un volumen muy agradable, son muy artísticas y casan en cualquier estilo decorativo donde las pongas. Van bien en un ambiente súper moderno o en otro clásico", describen y se remontan a 2002 como año de nacimiento de estas piezas: "Fuimos de viaje a Roma y visitamos los Museos Vaticanos. Allí hay una sala dedicada a los exvotos del Imperio Romano. Fue muy revelador de lo que queríamos hacer". No obstante, recalcan que no pueden considerarlas "una copia de nada", porque tienen características "localizables que hacen que las piezas sean únicas". Desde los cachetes hasta la morfología de la nariz o las coronas de flores.

También los colores de sus obras recuerdan claramente a Sevilla por sus tonalidades llenas de vida. Ciudad que sirve como principal fuente de inspiración para The Exvotos. "A todo el mundo le fascina la luz y el colorido de las piezas y sólo podemos conseguir estos rasgos viviendo aquí", señala Galán. Para ello, utilizan técnicas artesanales con materiales totalmente orgánicos –como el papel, la arcilla, la madera o el textil– y sin ayuda de maquinarias.

Los artistas Luciano Galán y Daniel Maldonado –The Exvotos– en su taller del número 33 de la calle Castellar. Los artistas Luciano Galán y Daniel Maldonado –The Exvotos– en su taller del número 33 de la calle Castellar.

Los artistas Luciano Galán y Daniel Maldonado –The Exvotos– en su taller del número 33 de la calle Castellar. / Juan Carlos Vázquez

Procedimientos que también utilizan para crear un nuevo universo alrededor de la religiosidad popular. "La hemos vivido desde pequeños, la comprendemos bien, la manejamos y le hemos dado un lenguaje actual, sin tratar de escandalizar. No usamos ese recurso como un reto para que la gente se haga preguntas", enfatizan estos orgullosos vestidores de Jesús Nazareno de Utrera y de la Virgen de los Dolores de Arahal. Sí que apuntan que le dan "un punto de humor sin ofender", porque "la religión habla de vida, pero siempre trasciende más la muerte, y el sentido del humor forma parte de la vida".

Y ponen como ejemplo un serial de platos –llamado Ora et labora– en el que una de las piezas representa a una Virgen que recibe al Espíritu Santo en forma de confeti: "Pero eso no es negativo, no hay cosa más agradable y bonita. Creamos fantasía y manejamos el lenguaje de la ciudad para que nadie se moleste. Nos gusta y no vamos a tirar piedras sobre nuestro tejado”. Además, hacen especial hincapié en que sobre cualquier idea, proyecto o trabajo prima la –más que evidente– belleza.

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