Sevilla - Alavés | La Previa

Sevilla - Alavés: Un reto de lo más atractivo

  • El Sevilla vuelve a la competición recordando la alegría del derbi y queriendo dar otro zarpazo a la Liga

Un grupo de jugadores se activa antes de una sesión-

Un grupo de jugadores se activa antes de una sesión- / Antonio Pizarro

El Sevilla anda con las sensaciones disparadas. Vuelve la Liga y al aficionado se le refresca la autoridad con la que los de Lopetegui se adjudicaron el derbi en Heliópolis y la excelente posición de la que disfrutan en la tabla. Pese a las dificultades que se le presentan día a día al entrenador vasco, pese a las dudas en su gestión deportiva de una parte de la hinchada y –también hay que decirlo– de una parte no poco importante de la prensa que entronca peligrosamente con el forofismo y que afloran cada vez que hay un revés y se aplaca con golpes en la mesa como el del Villamarín, el Sevilla es más respetado fuera de Nervión que en el propio entorno. Una historia ya conocida y repetida con otros técnicos y en otras épocas, no pasa nada. Manolo Jiménez, el último entrenador que ha dejado tercero al equipo blanco, Unai Emery, que a ver quien repite el hito de ganar tres títulos de UEFAEuropa League de una tacada...

Lopetegui está en esa tesitura que el de Fuenterrabía vivió en su momento. Tres años viendo la misma cara le acaba cansando al subconsciente y nubla tanto la razón que se acaba por no entender la realidad.Y la realidad es que el Sevilla, después de medio luchar por el título de Liga la temporada pasada (porque no se puede decir que tuviera opciones), ahí está inmejorablemente colocado en la carrera en el presente ejercicio. Con un líder que no es ni el RealMadrid, ni el Barcelona, ni el Atletico, con los azulgrana fuera de concurso de momento por sus asuntos internos y con otro cambio de entrenador, los de Lopetegui están empatados a puntos con el equipo de estrellas que este año dirige Carlo Ancelotti y la sensación es que no están dispuestos a parar.

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Y tiene mérito, más del que se creen, porque no dejan de salir imprevistos en el día a día de este grupo de profesionales que claramente se lesionan más con sus selecciones que defendiendo los colores del club que les paga. Sin saber cuánto estará de baja En-Nesyri (a la falta de respeto del seleccionador de Marruecos le sucedió una tibia respuesta del presidente, que reconoció un “error” y al que le faltó darle la razón), con el Papu Gómez en parecida tesitura y con Jesús Navas fuera de cobertura hasta enero por lo menos, Lopetegui tiene que tirar con lo que hay mientras oye de fondo las promesas de Monchi y reza para que no se resfríen ni Koundé ni Diego Carlos.

Por todo eso, que el Sevilla esté tercero en la Liga a un punto de la Real Sociedad con un partido menos y empatado con el Real Madrid debería tener como unas castañuelas a cualquier aficionado del Sevilla. Si la situación es otra, sinceramente, algo pasa.

Si hoy ganan los nervionenses al calor de los suyos dormirán líderes, algo a lo que no se le da suficiente valor a la altura de la temporada en la que nos encontramos, superado ya el primer tercio de Liga.

El visitante es un Alavés que llega a Nervión en un momento peligroso, pues lleva cuatro jornadas sin perder con tres victorias en esta secuencia que le han hecho salir de la zona más incomoda de la tabla y que cuenta con el mérito añadido de que el empate fue ante el Barcelona y en el Camp Nou, que, aunque no ande bien por allí, siempre impone.

El reto, por tanto, es atractivo. Al Sevilla le esperan emociones y oportunidades para que los futbolistas enganchen a sus aficionados y no para que teman su inconformismo y su runrún a poco que den dos pases atrás (que ellos sabrán a dónde los tienen que dar para llegar al objetivo).

Llega además la cita justo antes de un partido crucial y vital para el desarrollo normal de la entidad como es la visita del Wolfsburgo al Sánchez-Pizjuán en una competición, la Champions, en la que el Sevilla ya no tiene margen de error. Ganar o abandonar el “campamento base”, utilizando ese símil montañero que utiliza Pepe Castro cada vez que se refiere a las aspiraciones deportivas, reales o soñadas, de su gestión.En lo que se refiere al once, lo único seguro es que ni Navas ni En-Nesyri estarán en él. El resto, como es habitual, se sabrá una hora antes y las dudas dejarán de serlo para convertirse en certezas.

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