José Luis García-Palacios. Presidente de Asaja Huelva y de Interfresa

"Necesitamos producir fresa de forma acorde a la demanda"

  • Aboga por la obtención de variedades propias. Cree que la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Fresas de Huelva les permitirá diferenciarse de otros productos de menor calidad.

JOSÉ Luis García-Palacios, empresario agrícola y ganadero, es desde hace más de una década presidente de Asaja Huelva y desde hace un año también de los empresarios onubenses en la Federación Onubense de Empresarios (FOE). Hace unos días tomó además el relevo de Freshuelva, al ser elegido como presidente de la Interprofesional del sector fresero, Interfresa.

-La fresa y las berries son un pilar de la economía onubense. Entre sus proyectos al frente de la interprofesional está lograr una IGP para la fresa y quizás otra para las berries. ¿Cómo van estos proyectos?

-La IGP que se persigue es general para todas las berries, para las fresas como principal exponente de la agricultura iniciada en Huelva hace más de tres décadas pero también para el resto de berries que se cultivan en la provincia, que han experimentado una importante evolución en los últimos años. Interfresa viene trabajando en el objetivo de la IGP desde hace algún tiempo, pero es un proceso largo, porque depende de la aprobación de Bruselas, de ahí que para ganar todo el tiempo posible hace más de un año se iniciaron los trámites necesarios en la Consejería de Agricultura.

-¿Servirá esta indicación de origen para defenderse de la competencia de productos de fuera de la UE?

-Evidentemente, este tipo de figura supone una certificación con carácter oficial de la sostenibilidad y la calidad de un producto, como ocurre con las denominaciones de origen, pues implican el cumplimiento de exigentes normas para todos los integrantes. Aunque es de carácter voluntario, se persigue garantizar la mayor calidad posible para todo el proceso, desde la producción a la comercialización, y desde los aspectos medioambientales hasta el transporte, la presentación y la promoción. La constitución de la IGP permitirá desplegar todos los recursos de inspección necesarios para garantizar que todos los productos cumplan criterios de alta calidad que puedan ser identificados por los consumidores. Así, esta etiqueta servirá para diferenciarnos y para reforzar la confianza de los consumidores europeos, de tal manera que los terceros países se encontrarán en una posición secundaria frente a productos avalados con este máximo nivel de calidad.

-¿Cuáles son en su opinión los principales problemas que tiene ahora mismo el sector?

-Creo que los principales problemas son precisamente algunos de los que estamos salvando con la unión y la acción de todo el sector en entidades como Interfresa. En España, más del 90% de las berries se producen en Huelva, pero la ausencia de una institución como Interfresa no permitía una promoción general del sector. Ahora, la interprofesional garantiza la unidad y los pasos necesarios para la identificación de la zona productiva y, con ella, mayor unidad de acción de cara a conseguir una superior rentabilidad para toda la cadena de producción y comercialización. Otro problema recurrente es la enorme exposición del sector a los acuerdos con terceros países, favorecidos por menores aranceles y menores exigencias de sostenibilidad o trazabilidad.

-Usted se ha referido en varias ocasiones a la necesidad de que el sector logre una unidad que le permita regular de forma interna variedades y calidades. ¿Qué hace falta en este sentido?

-Algo esencial del sector es propiciar que en cada campaña se aminore la dependencia de patentes foráneas. Una de las reformas o cambios para acabar con esta debilidad es la apuesta por la investigación en nuevas variedades y calidades. Y se puede decir que se está avanzando, porque ya hay empresas y cooperativas con exitosos proyectos de investigación e importantes experiencias en cultivo de nuevas variedades. El otro frente principal es la necesidad de producir de forma acorde a la demanda, de manera programada y paulatina, para evitar colapsos de mercado, especialmente en fechas de buenos precios. Aquí, la interprofesional, a través de la concienciación del sector, trabaja para encontrar fórmulas que limiten el uso de variedades concretas de forma masiva, favoreciendo así una producción escalonada.

-La fresa de Huelva va sobre todo a la exportación en la UE y en menor medida al mercado nacional. ¿Se plantean la promoción de su consumo en España?

-Los cuatro mercados principales son España, Francia, Alemania y Reino Unido, pero se está haciendo un gran esfuerzo para llegar a otros países, y también se ha conseguido entrar en Oriente Próximo. En este camino de consolidación y apertura de mercados, la interprofesional está haciendo un especial esfuerzo de promoción. El principal ejemplo es la campaña Vive la Roja, la primera iniciativa internacional financiada por el propio sector, con apoyo de la UE y el Ministerio de Agricultura, que ya está lanzada en España, Alemania y Francia y que en los próximos meses se lanzará en el Reino Unido. Otro buen ejemplo es la campaña Interfresa contra el cáncer desarrollada por la interprofesional en el primer semestre del año 2015 y que alcanzó un notabilísimo éxito. De momento, lo que se persigue es el incremento del consumo en términos genéricos, con el lema Fresas de Europa, ya que aún no se puede utilizar la denominación Fresas de Huelva hasta que no se obtenga la IGP, lo cual permitirá utilizar la identificación local y, al tiempo, obtener fondos para continuar con la promoción.

-Desde Asaja Huelva se ha pedido una reducción de los módulos fiscales para la fresa y los cítricos, del 40% y 50%, respectivamente. ¿Qué problemas han tenido?

-El incremento de los costes laborales, de los imputs de la producción y de las exigencias sanitarias y medioambientales supone afrontar grandes costes cada campaña. Cuando un sector cumple un propósito social de generación de empleo y riqueza, la Administración, en lugar de gravar, debe facilitar las cosas y ayudar a que haya una regeneración de las empresas agrícolas, garantizando su viabilidad y el futuro de una actividad fundamental para la comunidad. Esta reivindicación persigue precisamente este objetivo.

-El ibérico es otro de los puntales de la economía en la provincia y aunque en general se dice que se ha beneficiado de una buena otoñá, en Huelva también han pedido reducción del módulo para el sector. ¿Qué ha pasado?

-La situación actual es consecuencia de la profundísima crisis que vive el sector desde 2006, debido a la crisis económica global y a una crisis propia, causada en gran medida precisamente por la falta de identidad generada por una pésima Norma del Ibérico. Se ha dado una excesiva producción que ha estado a punto de poner al sector al borde del abismo, con el cierre de numerosas empresas. Afortunadamente, en 2015 hubo una modificación de la Norma del Ibérico, que aunque no es completa ni perfecta, sí ha permitido avances en identificación de la calidad y se ha empezado a evolucionar. Se tocó fondo, se está mejorando, pero la evolución no es completa, de ahí la necesidad de rebajar los módulos para reducir costes y garantizar la rentabilidad de unas empresas que han llegado a ser puntal de la economía con mucho esfuerzo, sacrificio y trabajo.

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