La opinión invitada

SOS para salvar la dehesa

  • Carta abierta a la ministra de Agricultura.

NOS dirigimos a usted como máxima autoridad de la agricultura y la ganadería española, en solicitud de ayuda para salvar la dehesa, auténtico tesoro de la cultura agroganadera española y ejemplo, casi irrepetible, de sostenibilidad, para lograr los objetivos que, desde el primer momento, persigue el importantísimo componente verde o greening de la nueva política agraria europea.

Hace ya casi dos años, le enviamos un escrito al entonces ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete en el que le hacíamos un casi dramático llamamiento: "SOS para la ganadería extensiva" de nuestro país. Le rogamos que lo recupere, por la importancia que desde nuestro punto de vista tiene hoy, y sobre todo porque usted era la persona que muy amablemente nos contestó a éste y a otros escritos que dirigimos al ministro en aquellos momentos de negociación, a nivel nacional, entre el Ministerio, las Comunidades Autónomas y las organizaciones profesionales.

Desgraciadamente lo que preveíamos ya se está cumpliendo: la ganadería extensiva está herida de muerte, y por si pudiese existir alguna duda, ahora incorporamos a sus múltiples desdichas lo que en la actualidad le pasa también a su hermana gemela, la dehesa, con la que forma un binomio inseparable.

Decimos esto porque también la dehesa, sistema de producción ganadero único, genuino, de valor natural, económico, social y regional incalculable, corre serios riesgos de desaparición debido, a una concentración de causas. Por un lado, la falta de rentabilidad de la misma, el decaimiento de la arboleda, la ausencia de regeneración, la presencia de zoonosis, la falta de relevo generacional y una gran asfixia burocrática; y por otro lado, de forma muy especial en estos momentos y debido al gran problema que se le presenta por su desafortunada ubicación administrativa (se encuentra dentro de la Ley de Montes), se le vaya a aplicar injusta y erróneamente el Coeficiente de Admisibilidad de Pastos, el CAP español, que en realidad es el llamado Coeficiente de Reducción de superficie elegible, que fue pensado y diseñado por la Unión Europea para que los países miembros lo puedan aplicar en zonas cerradas y boscosas con dificultad para ser pastoreadas por el ganado, como ocurre en Europa en muchos bosques madereros, montes cerrados y terrenos abandonados… Pero se diseñó con el objetivo de aplicarlo sólo en aquellas partes en las que no existen pastos en el suelo y en aquellas otras en las que los animales no pueden físicamente entrar o penetrar para buscar alimento.

Sin embargo, aquí en España estamos perplejos de escuchar y leer declaraciones de todo tipo, culpando a Bruselas de la imposición de este desdichado y malinterpretado CAP español, que está destrozando a la dehesa y a la ganadería extensiva con justificaciones tardías y nada convincentes, en lugar de haberlo aplicado desde hace años en aquellos lugares que realmente se lo merecían y lo merecen porque no son, ni han sido pastoreados por animales domésticos desde hace décadas. Y, sin embargo, parece ser que muchos han estado recibiendo durante años las ayudas de pastos inmerecidamente (¿por eso nos han puesto la sanción?). En estos lugares, sin actividad ganadera, es donde de verdad y en justicia se debe aplicar el CAP, y no aplicarlo de forma arbitraria y generalizada a todas las superficies de pastos, perjudicando gravemente a todos aquellos ganaderos que han hecho y hacen un pastoreo integrado y racional.

Creemos firmemente que nunca la Unión Europea obligaría a nuestro país a cometer semejante injusticia y desafuero (aplicación del CAP de forma indiscriminada a la dehesa y pastos mediterráneos bien manejados), más bien al contrario, estamos plenamente convencidos que si los responsables españoles de la aplicación del CAP hubiesen hecho el uso debido de la normativa legal vigente europea, y hubiesen entregado a la Comisión un documento dentro de tiempo y forma -en el que estuviese bien definida, clasificada y delimitada la dehesa y los distintos tipos de pastos mediterráneos- las autoridades europeas harían todo lo que estuviera en sus manos para ayudarnos a proteger y potenciar este sistema productivo ganadero, ejemplo centenario de sostenibilidad.

Señora ministra, sabemos que estos temas son competencias transferidas a las Comunidades Autónomas, y que éstas son las últimas responsables de la aplicación incorrecta del CAP, pero creemos sinceramente que si usted interviene con su labor de coordinación de la política agraria nacional, orientando a las regiones para su aplicación justa y correcta, se puede evitar este mayúsculo error. Es usted la última esperanza que tenemos.

No es posible que un modelo centenario de producción ganadera sostenible que cumple con estos requisitos pueda ser castigado por España, en lugar de ser premiado, que es lo que quiere y desea la Unión Europea y su Política Agraria Común (PAC).

Es una pena que tengamos que decirle a los responsables de la aplicación del CAP que así actúan que apliquen la reglamentación europea, en la que se dice que los criterios que los productores tienen que cumplir para mantener sus pastos y cultivos en un estado adecuado serán fijados por los Estados miembros, debiendo ellos definir las superficies de pastoreo con determinadas peculiaridades, como que se vengan realizando prácticas locales de forma tradicional.

Señora ministra, haga todo lo que esté en sus manos, y por favor, no permita que se aplique el CAP actual de la forma prevista; sería un golpe mortal a la supervivencia de la dehesa y la ganadería extensiva.

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